Otra vez habló la vicepresidenta Cristina Fernández, y lo hizo desde El Calafate.
Como siempre ocurre estuvieron los claques para aplaudir todo lo que dice, y hubo "cadena nacional" para seguir la palabra de la que manda.
Había que saber a quién le iba a pegar hoy. Porque si bien sostuvo que no va a revolear ningún ministro, la realidad es que lo castigó al saliente de Economía, Martín Guzmán, a quien acusó de irresponsabilidad institucional por su abrupta salida.
Nunca va a asumir la realidad, que dice que este ministro soportó los embates del cristinismo y de la Cámpora y reaccionó de esa manera como para tomarse una pequeña revancha ante tanta presión.
En algún momento discurso se refirió a los afortunados que viven en CABA (Ciudad Autónoma), como si ella fuera habitante de otro planeta. Salvo que Juncal y Uruguay no pertenezca a CABA.
Y dijo que los porteños son los que más gastan en dólares y los que menos producen. Se olvidó de decir que ella está entre los porteños.
Sería perder el tiempo seguir comentando los dichos de CFK, que cada vez más horada el poder del presidente. Lo único que se puede decir es que mañana es el día de la Independencia, y se anuncia un Argentinazo en el Obelisco y otras plazas del país. ¿El discurso de hoy de la que manda será un acicate para que la manifestación patriótica de este 9 de Julio sea más multitudinaria aun?
EXCELENTISIMA
De entrada nomás CFK vapuleó a la locutora que la presentó con el término "excelentísima". Le dijo a la locutora que para la próxima vez que deje de llamarla con ese término... En fin...
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