El concejal quilmeño de la Coalición Cívica Ari presentó un proyecto de ordenanza para convertir a Quilmes en una ciudad cardio protegida.
La colocación de desfibriladores en puntos estratégicos de la ciudad y en determinados establecimientos psúblicos y privados como edificios municipales, teatros y gandes comercios conforma la iniciativa, que está en la comisión de Salud.
Según la Fundación Cardiológica Argentina hay cerca de 40 mil muertes súbitas por año y el 70 por ciento ocurre fuera de los hospitales. El proyecto propone instalar equipos DEA en espacios públicos y privados, y la capacitación en técnicas de Resucitación Cardiopulmonar (RCP) para prevención.
Asimismo se propician talleres gratuitos de certificación básica y avanzada en RCP y los principales destinatarios serán los agentes municipales a cargo de la administración de todos los centros de salud municipales: médicos, enfermeros y profesionales de la salud que realicen funciones en los centros de salud municipales; agentes municipales de tránsito; agentes municipales en general; docentes, directivos de instituciones educativas, alumnos de secundario y terciarios; comisiones directivas y socios de clubes deportivos y sociales; comerciantes, empleados de comercio y establecimientos privados.
Además de la capacitación a cargo de profesionales específicos del área, el proyecto habla de la obligación de equipos Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) en ámbitos públicos y privadcos con concentración o circulación de más de quinientas personas por día en el partido de Quilmes.
Cabe resaltar que el Desfibrilador Externo Automático (DEA) es un dispositivo electrónico portátil con capacidad para diagnosticar fibrilación ventricular o taquicardia ventricular y en su caso,emitir la señal de alerta para la aplicación de una descarga eléctrica que restablezca el ritmo cardíaco normal.
Se comprobó que la aplicación de técnicas de resucitación cardiopulmonar básica (RCP) y la utilización del DEA en los primeros tres minutos del evento, las posibilidades de la hospitalización del individuo vivo es del 79%. Cada minuto que se tarda en practicar las medidas, las posibilidades de mantener a la persona viva disminuyen en un 10%.
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