En un país que arde por doquier, con el riesgo país tocando los puntos más altos de la historia, con el dólar blue estallando en el kilómetro 240, sorprende -o no tanto- que el presidente de la Nación no participe de una reunión de gabinete -en la que hubo muchas ausencias- y decida viajar a Jujuy para ver a la militante, con prisión domiciliaria, Milagro Sala.
El país entra en los idus de julio y sigue el gobierno de "yo en mi casa (Rosada) y ella en el bar". Eso se verá el fin de semana, cuando Alberto Fernández participe de un homenaje al general Perón el viernes, al cumplirse 48 años de su fallecimiento, y la vicepresidenta, que cada vez quiere gobernar más para zafar sus causas judiciales, anuncia otro acto al día siguiente... el 2 de julio (fecha de nacimiento de Carlos Menem...). Será en Ensenada, del intendente Mario Secco.
Argentina, un país que con una economía inviable, parece encaminarse a ser también inviable, como adelantó el periodista Carlos Pagni en su editorial del último lunes.
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