La investigación procede de lo que se llamó Operación Atlantis, y hoy se supo que fue secuestrado un velero de enorme porte -con un valor estimado en 200 mil dólares- en el que se encontraron nada menos que 1448 kilos de cocaína.
La información, que fue corroborada por el periodista Gustavo Carbajal, en La Nación+, tuvo punto inicial en el arrepentido Diego Guastini, conocido como Dolarín, quien había sido ejecutado el 28 de octubre de 2019 en la esquina de la Municipalidad de Quilmes, cuando su Audi fue interceptado por un sicario que lo asesinó.
El juez que encabeza la causa es el doctor Luis Armella, juez federal de Quilmes, y se partió de una denuncia que precisamente había hecho antes Guastini, quien en la jerga se lo conocía con el nombre de Dolarín, porque transaba dólares con narcos y con autoridades de seguridad, con un doble mensaje, que finalmente le costó la vida.
De todas maneras, el impacto que produce el hecho del velero -según dicen traficaba drogas que iban a ser enviada a España- permite advertir que si no se toma el toro por las astas en materia de narcotráfico y el flagelo de las drogas, la Argentina se puede convertir en un asiento narco para preocupación de las actuales y futuras generaciones.
Primero fue un avión sospechoso iraní-venezolano, que sigue abriéndose mágicamente como una caja de Pandora, ahora es el velero de las drogas, ¿qué será lo próximo? Y en el caso del avión, ahora se empiezan a conocer que no hay un solo vuelo de este avión, sino que ya había estado entre abril y mayo en cuatro oportunidades en nuestro país.
Resulta increíble que ante esta realidad, el gobernador se preocupe por el lenguaje inclusivo y pretenda que los chicos se rebelen ante la posición de la Real Academia Española (o del gobierno de Rodríguez Larreta).
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