LA VOCERA GABRIELA CERRUTI LE DIJO GOLPISTA A UN PERIODISTA

 El periodismo en estos tiempos en la Argentina tiene una ardua tarea. Porque a los funcionarios no les gusta que les pregunten, sobre todo cuando la inquietud moviliza al interpelado.

La vocera del gobierno nacional, Gabriela Cerruti, parece olvidar su pasado periodístico (todavía se recuerda un libro emblemático, El jefe, que hablaba del presidente Carlos Menem).

Hoy parece haber olvidado ese pasado y reacciona cuando se le pregunta, como ocurrió hoy con el periodista Miguel Nicolich, de Radio Rivadavia, que con buen tino le preguntó si la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner forma parte del gobierno, con el argumento de la diferencia sustancial entre ella y el presidente Alberto Fernández, en cuanto a las importaciones. Mientras Cristina dijo que había un festival de importaciones, el presidente dostuvo que no hay tal festival. Con sentido común el periodista le preguntó si en base a esas opiniones tan contrarias no se podía pensar que la vicepresidenta ya no pertenece al gobierno.

Se enojó Gabriela Cerrutti, negó lo que decía el periodista, sostuvo que tanto el presidente como la vice llegaron juntos al gobierno y se van a ir de la misma manera. Y terminó diciéndole que con esa pregunta parecía un golpista.

En otra pregunta sobre el avión iraní-venezolano, volvió Cerrutti a responder con dureza y negó que hubiera problemas con el avión, más allá de lo que dicen las investigaciones que se están realizando al respecto.

Ser vocero del gobierno debería constituir un orgullo para publicar lo que hace el gobierno, no ponerse nervioso ante las preguntas y demostrar que se tiene el equilibrio necesario para no dejarse llevar por los impulsos que suelen ser malos consejeros.

El periodismo seguirá siendo una vocación y el periodista tendrá que seguir jugando en este escenario, con la única premisa que debe abrazar un profesional transparente: ser esclavo de la verdad.

Comentarios