GABRIELA CERRUTTI LE PEGA AL PERIODISMO PERO SE OLVIDA DE SU PASADO


 Al transformarse en portavoz del presidente, parece haber olvidado su pasado periodístico. Se trata de Gabriela Cerrutti (foto), quien hoy dijo en su habitual charla con periodistas que el periodismo está generando una imagen de crisis recurrente, mientras la realidad a su entender es de un crecimiento económico incesante.

Si se repasa la historia, vale la pena recordar que cuando Gabriela tenía algo más de veinte años escribió una investigación muy intensa sobre la vida de Carlos Saúl Menem, con el libro El jefe, en el que cuenta todo lo relativo al dos veces presidente de los argentinos, antes gobernador de La Rioja.

Incluso en la primera página del libro cuenta la infidencia de un encuentro entre Ana María Luján y Mohibe Menem, la primera era novia de Carlos y la segunda, la madre. Aqui Gabriela reflexiona diciendo que en el peor error de su vida, Mohibe había frustrado la posibilidad de matrimonio con Ana María y apoyado contra la voluntad la necesidad del casamiento con Zulema.

Gabriela Cerrutti construyó un libro extraordinario, una biografía enorme del riojano -el sábado se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de Carlos Menem- y años después, Gabriela investigó sobre Mauricio Macri y escribió primero Big Macri ,del cambio al FMI, y luego, El Pibe, donde cuenta todo lo relacionado con la vida y la gestión del ex presidente.

Ahora que es portavoz Gabriela da la impresión de haberse olvidado del verdadero rol del  periodista para suponer que tiene que estar sometido al delirio de los que mandan, que quieren que les lean los famosos "diarios de Yrigoyen".

Otro de los periodistas que dejaron de lado la esencia de la profesión, cuando era leal a los principios auténticos de un periodista, Horacio Verbitzky, alguna vez escribió el libro Un mundo sin periodistas. Y ahí investigaba el tema de la corrupción en el gobierno de Menem y mostraba los problemas que tenía el periodismo independiente para ejercer su profesión.

 Hoy parece que tanto Horacio Verbitzky como Gabriela Cerrutti, se han olvidado de los valores que acunaron cuando realmente ejercían la profesión, para convertirse en instrumento del poder de turno. Lamentable, por cierto.

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