EL ANIVERSARIO DE MANUEL BELGRANO AQUEL DIA DE LOS TRES GOBERNADORES


 Hoy se cumplen 202 años del fallecimiento de Manuel Belgrano, sin duda uno de los grandes próceres argentinos de toda la historia, con un ejemplo que deberían tomar muchos políticos actuales.

Había nacido el 3 de junio de 1770. Fue abogado, político y militar argentino, una de las figuras de la Revolución de Mayo y de la independencia de 1816.

Fue un intelectual de intachable integridad y firmes convicciones patrióticas, un trabajador desinteresado e infatigable al servicio del país y la educación de sus habitantes.

Era hijo de un comerciante genovés. Manuel estudió latín, filosofía y teología en el Real Colegio de San Carlos. Marchó luego a España y cursó estudios en Salamanca, Valladolid (se graduó de bachiller en 1789) y en Madrid, donde recibió de abogado en 1792, dedicándose a la economía política. Desde ahí siguió las alternativas de la revolución francesa, lo que sirvió para adoptar la ideología liberal.

Regresó al río de la Plata cuando fue nombrado secretario del Consulado de Buenos Aires, entre 1794 y 1810.

Desde el cargo abogó por la libertad de comercio, el desarrollo de la agricultura y la creación de escuelas comerciales y de náutica. En 1806 como capitán de las milicias urbanas participó en la defensa de Buenos Aires en las invasiones inglesas. Fue designado sargento mayor del regimiento Patricios y fue ayudante de Santiago Liniers.

Colaboró en el Semanario de agricultura, industria y comercio. Fundó la Sociedad Patriotica, Literaria y Económica y el periódico Correo de Comercio, para difundir y llevar a la práctica el ideario liberal.

Integró la primera Junta, donde fue vocal.

Si bien no era militar profesional, fue nombrado general al mando del ejército del Paraguay, para difundir la revolución de Mayo y el proceso de la independencia.

En 1812 asumió la jefatura del Ejército del Norte y el 27 de febrero enarboló por primera vez, en las barrancas del Paraná, en Rosario, la bandera azul y blanca. Al mando de las tropas venció a los realistas en las batallas de Tucumán y Salta, pero en 1813 fue derrotado en Vilcapugio y Ayohuma. Aquí tuvo de gran colaboradora a la madre de la patria, María Remedios del Valle.

En 1815 junto a Bernardino Rivadavia fue a Europa para negociar el reconocimiento de la independencia. Volvió al cierre del Congreso de Tucumán, donde expuso sus convicciones monárquicas.

Colaboró con las fuerzas de Martín Miguel de Guemes para frenar a los realistas. Pero cuando estaba en Cruz Alta sufrió una grave dolencia. En 1819 regresó muy enfermo a Buenos Aires y murió de hidropesía el 20 de junio de 1820, después de haber pronunciado las famosas palabras: !Ay patria mía!, porque ese día Buenos Aires, en un clima de anarquía, contaba con tres gobernadores al mismo tiempo (Miguel Estanislao Soler, Ildefonso Ramos Mejía y el Cabildo).

Curiosamente casi un año después, el 17 de junio de 1821, moría Guemes, lo que pareció unirse este fin de semana larga con los feriados recordando a ambos próceres.

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