ARGENTINA: UN GOBIERNO, VARIOS GOBIERNOS

 Cuando los historiadores se animen a analizar estos tiempos del país seguramente se tomarán la cabeza para tratar de dilucidar lo que realmente ocurría.

De pronto, un día como hoy lo vemos al presidente Alberto Fernández, en La Rioja, hablando de que nunca se hizo tanta obra pública como con este gobierno. Ayer estuvo cerca de esta provincia, en Jujuy, visitando a la condenada Milagro Sala, por su situación de salud, y dejando picar la idea de que debía ser indultada, cuando una de las condenas fue el resultado de la decisión de ... 27 jueces. Con enormes cantidades de pruebas que la condenan, incluso con un documental que ilustra con profusa información todo lo que llevó a su prisión domiciliaria.

Hoy el presidente está en La Rioja, justo la provincia en que su gobernador, Quintela, ayer arremetió contra el periodismo, fundamentalmente con un medio puntual, como La Nación+, con duras acusaciones que orillan la blasfemia o la injuria. Porque entiende que el medio, que se encarga de publicar lo que pasa, está haciendo oposición dura al gobierno. Olvida el gobernador el oficio del periodismo, que es el instrumento que debe informar a la población lo que pasa, y si se quiere, incomodar al gobierno, cualquiera que sea.

Recién se conoció la decisión de un tribunal de liberar al sindicalista conocido como Pata Medina, uno de los tantos que desde su lugar profesional enriqueció su patrimonio en forma brutal, muchas veces sin poder justificar cómo logró semejante acopio de bienes.

El historiador también deberá analizar con profundidad el gobierno bifronte. Dos personajes que gobiernan a su manera, pese a haber iniciado la aventura del poder en sociedad. Sin embargo, hoy están separados, no se hablan y cuando en algún momento se encuentran, la realidad los muestra como polos opuestos.  Y sin ir más lejos, mañana se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento del líder de su partido, el general Perón, y no van a estar juntos en un acto recordatorio. El presidente lo hará mañana, la vicepresidenta recién lo hará el sábado. Aunque el presidente haga todo lo posible e imposible para seducir a su socia, esta lo ignora y envía a toda su troupe para castigar al presidente. E incluso está armando una estructura de poder que podría sacudir al gabinete del socio del que está separado.

La vicepresidente sigue su marcha rumbo a zafar las causas judiciales, muchas por cierto, y en esa aventura quiere multiplicar el número de integrantes de la Corte, como una manera de diluir las posibilidades de condena que pueda traducir el máximo tribunal... Y para ello, la vicepresidenta manda a su mano derecha en declaraciones, el senador Oscar Parrilli, quien se encargó de pegarle a la Corte y poner en duda su idoneidad. Y además insinuó que debía intervenirse la Suprema Corte de Jujuy, por el tema Milagro Sala.

No olvidar que esta vicepresidenta no cree en la República e incluso ha dicho públicamente su opinión contraria a la división de poderes.

En fin, tamaña tarea le queda a los historiadores de estos tiempos para interpretarlos y dejar a la posteridad la realidad de lo que pasa en esta querida Argentina.

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