La ley 24171 sancionada en 1992 determinó que el segundo lunes de mayo de cada año se celebra en el país el día del actor y de la actriz.
En los fundamentos de la iniciativa se dijo que "los actores rescatan el pasado, dando vida a hombre sy mujeres célebres de la historia, se adelantan a la época en la que viven y nos muestran los problemas de la vida cotidiana a trfavés de personajes comunes que nos proporcionan gratos momentos, emocionándonos o haciéndonos reír".
Asimismo se tomaron palabras del general José de San Martín de 1821 en el decreto 1529 sobre espectáculos donde declaró la protección y la libertad de los artistas teatrales.
En esa época los actores y actrices eran considerados infames: no podían recibir los sacramentos religiosos, ser enterrados en cementerios, desempeñar cargos públicos o ejercer derechos civiles o políticos.
En la defensa de los actores San Martín rubricó el citado decreto para otorgarles los derechos ciudadanos respectivos, señalando que "el arte escénico no irriga infamia al que lo profesa. Todo individuo que se proporciona su subsistencia en cualquier arte que contribuye a la prosperidad ilustre del país en el que se halla es digno de la consideración pública, considerando al teatro como un arte necesario, un establecimiento moral y político de la mayor utilidad para afirmar los ideales de la independencia.
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