DESPUES DE UNA GIRA INEFABLE, EL PRESIDENTE FRENTE A LOS DESAFIOS LOCALES


 El presidente de la Nación, Alberto Fernández, regresó de su gira exprés por el Viejo Mundo, con cuatro días locos en los que se contactó con tres líderes europeos: Pedro Sánchez, de España, primero, Olaf Sholtz, de Alemania y Emanuel Macron, de Francia, finalmente.

Ya instalado en el país, el primer mandatario tiene que volver a hacerse cargo de una realidad compleja, que fue sintetizada por el propio ministro de obras públicas, Gabriel Katopodis, quien dijo que Cristina puede decir lo que quiera sobre el gobierno pero el presente exige que la coalición de gobierno esté unida y no siga generando grietas. Así dijo que Cristina puede decir lo que quiera sobre el gobierno pero el que decide es el presidente y si CFK quiere aportar algo puede decirlo. Pero reiteró que Alberto es el que manda.

El hijo de Cristina, Máximo Kirchner, estuvo en Lanús -todavía no había definido su Rácing con Boca precisamente en esa ciudad- condujo un acto militante y desafió al presidente, advirtiéndole que para saber conducir también hay que saber obedecer (¿a la madre y sus instrucciones?).

¿Cuál es el Alberto que se verá en esta semana? Una semana especial porque el próximo miércoles es feriado nacional por el censo que se realiza en todo el país, el que debió concretarse en el 2020 pero quedó postergado por la pandemia. El último censo se había desarrollado en 2010, curiosamente el domingo en que el país quedó conmovido por la muerte de Néstor Kirchner.

Se sabe que quien hizo el censo por vía digital solo tendrá que mostrar al censista el papel impreso que se le entrega por este paso, mientras que quien no lo hizo deberá responder las preguntas. El funcionario responsable, Marco Lavagna, explicó que en el primer caso el censista estará en el domicilio unos 40 segundos, y en el segundo, unos 40 minutos.

 Volviendo a la pregunta anterior, sobre qué Alberto se verá de aquí en más, es decir, si será el que pareció asumir su rol en el Poder Ejecutivo -no olvidemos que en Europa de entrada sostuvo que él era el presidente, que no estaba peleado con Cristina pero era él que mandaba, y además apoyó la política exterior de los paises de la OTAN sobre la guerra de Rusia y la invasión a Ucrania, pero sobre el final de la gira fue aliviando sus declaraciones y al dar entrevistas a periodistas argentinos se pareció mucho más al Alberto que responde al mandato de su electora a dedo- o el que va cumpliendo los reclamos de CFK.

Mientras Alberto estaba de gira, sus piezas fundamentales en el gabinete, como el ministro de Economía, Martín Guzman y el responsable de la Producción, Matías Kulfas, se envalentonaron y lanzaron fuego amigo hacia los íconos del kirchnerismo. En el rubro de los subsidios por la luz y el gas y las tarifas los funcionarios repitieron sus políticas, por más que los otros cristinistas no hayan avalado sus decisiones.

Hoy nos desayunamos con críticas de la agencia rusa Sputnik, de Putin,  que se encargó de calificar de traidor al presidente Alberto Fernández,  por sus definiciones sobre el régimen de Vladimir Putin en cuanto a la guerra con Ucrania, la invasión y su autocalificación de "europeísta" frente a los líderes precisamente europeos. Desde la agencia rusa se dijo que Alberto es menos generoso que su par brasileño, Bolsonaro. Alberto que le había dicho a Putin que la Argentina le abría las puertas a su país a Latinoamérica, ahora es altamante destratado por la agencia oficial rusa. Desde aquí la respuesta fue que se trata de una agencia periodística y no la opinión oficial de Putin (porque la Telam de Rusia, dicen aquí, es Tass...).

La economía es el gran tema que deberá tomar en cuenta el primer mandatario, máxime después de conocerse el índice de inflación, el más alto de los últimos 30 años, toda una definición de la realidad económica que vive esta Argentina, con pobreza, desocupación, planes y más planes, etcétera.

Alberto tuvo una buena noticia con el hecho de que le aceptaron la propuesta de abonar una suma como resarcimiento por haber violado la cuarentena con la famosa fiesta de Olivos. Sin duda, no es un buen ejemplo para la ciudadanía, porque la justicia le pone el precio a una falta moral. 

La mala para el presidente fue futbolera, porque su equipo, Argentinos Juniors, perdió la semifinal con Tigre por la Liga Profesional. Para colmo, el que ganó es el equipo de su socio en la coalición, Sergio Massa.

Una vez desarrollado el panorama de la realidad política se acrecienta la función del periodismo actual, que tiene cada día más responsabilidades. Porque la grieta existe -si no cómo se explica la posición deleznable de medios como C5N y Página 12 que convirtieron al conductor Franco Rinaldi, discapacitado, en un asesino al volante e incluso enchastraron al diputado nacional Martín Tetaz, pero la fortuna de tener el video del accidente sirvió para romper la fake news, pues la joven ciclista atropellada cruzó de contramano- y en este universo hay que tener mucho profesionalismo para no dejarse llevar por los vientos de fronda del kirchnerismo o del antikirchnerismo.

Una serie de televisión que se exhibió por Canal 13 se llamó Argentina, Tierra de Amor y Venganza. Se la puede tomar como dato para explicar el momento del país, con el fuego amigo en el oficialismo -el ultrakirchnerismo es mucho más duro que la verdadera oposición cuando del presidente se trata- y con los escarceos electorales y de búsqueda del poder de los integrantes de la oposición.

En este aspecto, como una variante disruptiva aparece el libertario Javier Milei, que pretende cosechar de ambas partes de la ciudadanía, sobre todo la juvenil que lo ven como una posible luz de esperanza capaz de aparecer al final del túnel.

¿Qué se viene en esta Argentina que en todo momento hace que el periodismo no pueda descansar nunca? 

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