Ayer, en Florencio Varela, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, después del Te Deum, en la catedral metropolitana, estuvo en Florencio Varela, invitado por el Movimiento Evita y el desenlace fue la guitarra y el show con un tema de Lito Nebbia, Solo se trata de vivir.
Por supuesto nada dijo de esa niña varelense que fue apuñalada, cuando iba temprano a su colegio y le robaron el celular.
Hoy el primer magistrado estuvo en un encuentro de ministros de Educación y aseguró que no se calla más, para rematar con la defensa de Cuba y de Venezuela, expresando que son países que sufren el boicot desde hace seis décadas y seis años, respectivamente.
Si no se calla más, esto significa que hasta ahora se calló, cuando debía referirse a los temas, entre ellos los que citó puntualmente.
Habría que preguntarse cuál de todos es el Alberto Fernández, que gobierna en la Argentina. Es el que habla de Juan Domingo Biden o el que le ofrece las puertas de Argentina como entrada a América Latina de la Rusia, autócrata, del presidente Vladimir Putin.
Alberto suele decir a cada uno de sus interlocutores lo que le agrade a los oídos al interlocutor.
¿Va a decir puntualmente qué sintió al recibir la pena de 1,6 millones por la violación de la cuarentena que el mismo decretó con amenazas a los que rompieran las consignas?
Dice que no tiene plata para pagar los 3 millones, que deben abonar él y su pareja, Fabiola, y que va a pedir un crédito... de 3 millones de pesos. ¿Acaso no se lo puede pedir esa suma a la propia Cristina, más allá de que hace tres meses que no se hablan? Ella podría resignar un mes de jubilación y cedérselo a él en esta comedia de enredos.
Alberto dice que no se calla más...¿Será el momento en que frente al periodismo independiente diga lo que realmente piensa, para que la opinión publica tenga en cuenta lo que realmente cree el primer mandatario?
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