18 DE MAYO, EL DIA DE LA ESCARAPELA EN LA ARGENTINA


Hoy, en forma coincidente con el censo nacional, se celebra en el país el Día de la Escarapela. Se recuerda el histórico 18 de mayo de 1810, es decir una semana antes de la revolución de Mayo. La escarapela fue utilizada por primera vez ese día por un grupo de damas de Buenos Aires que se iban a reunir con Cornelio Saavedra.

Entre el 22, día del cabildo abierto y el 25 de mayo, día de la revolución, se empleó para identificar a los que adherían a la Revolución.

Los colores celeste y blanco habrían sido adoptados por primera vez en 1805 durante las invasiones inglesas, por los Patricios, la primera milicia urbana del Río de la Plata.

En febrero de 1812 el general Manuel Belgrano pidió al Triunvirato que establezca el suso de la escarapela nacional celeste y blanca. El 18 de mayo de ese año fue instituida por decreto.

En este día de la escarapela, sin duda uno de los símbolos de los argentinos, a la luz de los más de doscientos años transcurridos el 2022 encuentra al país en medio de una profunda crisis, que más allá de lo económico tiene raíz cultural. Hay crisis dirigencial, hay falta de apego por servir al pueblo y muchos o algunos se sirven del pueblo para mirarse en el ombligo.

Hasta hay un gobierno bifronte que muestra grietas notorias entre dos socios que se unieron para la avengura de gobiernar y que muestran con una crudeza pocas vistas la vigencia de la dicotomía, poniendo sus intereses personales por encima de los que hacen al pueblo argentino.

Un presidente que le escapa a las responsabilidades y que tienen el tupé de cambiar por dinero su falta moral de haber violado las leyes de la pandemia y del coronavirus que él mismo implantó, y cuando amenazaba con un rigor bestial a los que se animaran a quebrar esas normas. La fiesta de Olivos y el despropósito se pretenden "lavar" desde el poder con "platita"... El presidente tendría un día que ponerse frente a las cámaras, en cadena nacional, y pedir un PERDON sincero a todos los argentinos por su agravio. No se trata de dinero, sino de dignidad y arrepentimiento verdadero.

Ojalá el día de la escarapela sirva para apaciguar los espíritus y hacer comprender a los que mandan cuál es su verdadera misión en el país. Aunque por ahí alguien, con ironía, podrá decir que eso seguramente va a ocurrir... "el día de la escarapela"... o sea NUNCA.
 

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