MONSEÑOR CARLOS TISSERA Y LA MISA CRISMAL EN QUILMES

 El obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera, presidio la Misa Crismal en la catedral de Quilmes.

El mensaje fue el siguiente: "!Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidad! Es como el óleo perfumado sobre la cabeza, que desciende por la barba -la barba de Aarón- hasta el borde de sus vestiduras" (Sal. 133, 1-2).

"Estamos contentos porque nos volvemos a reunir a celebrar, porque estamos vivos, porque nos pudimos trasladar a la Catedral, signo de la unidad del pueblo que camina en esta populosa región del sur de Buenos Aires. Venidos de Berazategui, de Florencio Varela y de Quilmes. !Nos sentimos miembros de la Iglesia diocesana de Quilmes!.

"Venimos con los corazones llenos de emoción, acompañando a nuestros diáconos y sacerdotes que renovarán sus promesas; participaremos de la bendición de los óleos para los sacramentos con que Dios acaricia y sana a su pueblo, y regresaremos llevando los óleos y el crimen perfumado a todas las parroquias, haciendo presente el Reino con los mismos gestos, palabras y estilo de Jesús.

"Hago presente el saludo del padre obispo Luis Stockler que ayer cumplió años y pensaba acompañarnos hoy. No lo puede hacer por no sentirse bien. Recemos por él.

"Cada año escuchamos estos textos de las Sagradas Escrituras. Nos presentan al Ungido "enviado a llevar la buena noticia a los pobres" (Isaías 61,1), a aquél que nos amó y nos purificó de nuestros pecados, por medio de su sangre, e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios, su Padre (Apoc. 1, 5-6). Con toda humildad y coraje, Jesús se presenta como el Mesías, el Ungido por el Espíritu, frente a sus paisanos de Nazaret. "Hoy se ha leído este pasaje de la Escritura que acaban de oír (Lc. 4,21).

"En la Misa Crismal del año pasado, en medio del fragor de la pandemia, situándonos en el Camino Sinodal, les presentaba, como un ícono que nos acompañara, este pasaje del Evangelio: Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumcre y se compadecio de ella,porque eran como ovejas sin pastor..." (Mc 8,34).

"Hoy damos gracias porque nos ayudó a estar cerca de todo sufrimienteo, a vendar las heridas, a poner el oído a los necesitados de escucha y consuelo, para dar una mano en los centros de asistencia alimentaria, de contención y ayuda de todo tipo. La compasión nos limpió los ojos para ver el dolor de nuestro pueblo y acompañarlo en sus angustias y necesidades. Aunque distantes por los cuidados sanitarios, con nuestros templos semiabiertos, mantuvimos nuestros corazones abiertos de par en par para hacernos uno con el dolor y el padecimienteo de los demás. A la vez que experimentamos el alivio producido fundamentalmente por una vacunación efectiva y al alcance de todos, tambiénb hemos experimentado el dolor profundo de las heridas que la muerte ha causado en las familias y comunidades, Hoy queremos traer a nuestro altar, particularmente, a los diáconos y sacerdotes que vivieron su pascua en este último año: diácono Nicolás Sarriés (16/4/21); diácono Hernán Jorge Rollano (11/5/21); diácono Omar Marucco (6/4/21); el padre Leonardo Sala (4/9/21); el padre Enio Cagnello (20/12/21); el padre Nicasio Aníbal "Poroto" Alegre (25/1/22); el padre Francisco Urbanija (7/4/22); y el padre Ulrich Theodor Timpte (6/4/22),

"Todos y todas seguimos caminando en sinodalidad, siendo parte de la iglesia universal convocada al Sínodo por el Papa Francisco. El 19 de marzo, en la casa del Santo Cura Brochero, realizamos el Primer Encuentero del Camino Sinodal, convocados por el lema: De qué vienen hablando por el camino (cfr. Lc. 24, 13).

"Todas las comunidades parroquialess de la diócesis, durante este tiempo, van replicando ese encuentro, de una manera creativa, para que las personas de nuestros barrios y ciudades, cualquiera sea su procedencia, su edad, sus actividades o trabajos, puedan ser escuchados". 

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