LA DEVALUACION DE LA PALABRA, UN SIGNO DE NUESTROS TIEMPOS

 Por Eduardo Menescaldi

Quizás sea el signo que mejor define a nuestro tiempo: la palabra aparece totalmente devaluada, y eso se cristaliza cuando se trata de los que mandan.

En los últimos días el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, se cansó de repetir a los periodistas que no iba a haber modificación en las retenciones. Sin embargo, ayer el boletín oficial proclamó ese aumento y hoy el funcionario dio explicaciones ante la prensa, que de ninguna manera satisfacen el sentimiento de la gente del campo, que rápidamente se puso en alerta y promete resistencia porque entiende que han defraudado su confianza.

Pero esto de Domínguez, que es de Chacabuco como Daniel Passarella y que se apellida igual que el técnico de Independiente, que esta noche tiene una dura parada ante el rival de siempre, el Rácing de Gago, con la necesidad de una victoria para festejar dos veces: recuperar el triunfo y sobre todo ante el "primo hermano" que desde su estadio mira lo que pasa en el Libertadores de América, hoy Ricardo Bochini.

Anoche habló el presidente de la Nación  y dio un discurso corto pero preocupante, porque anunció que se inicia el combate a la inflación, como si su mandato empezara ahora. Se refirió al acuerdo con el Fondo Monetario, el mismo que denosta su socia y el hijo de ella, amén de líder de La Cámpora, que por algo han votado en contra, él en Diputados y ella no estando en el Senado a la hora de la votación.

La palabra devaluada aparece en muchísimos órdenes de los máximos segmentos de poder. Desde la vocera Gabriela Cerrutti, que tantas veces tuvo que desmentir lo que había dicho tiempo atrás -al mejor estilo del presidente- hasta el polémico canciller Santiago Cafiero, que chapoteó el inglés en Dubai y se ganó todas las memes habidas y por haber, entre ellas la del periodista Jorge Lanata, a quien lastimó gratuitamente con una grosería, impropia de un canciller que se supone maneja las "relaciones exteriores",

Bueno, no olvidemos que eyectado de su lugar como jefe de gabinete, y recibió un premio consuelo... nada menos que el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, que le permite al menos viajar y de vez en cuando intentar hablarle al mundo,... en un inglés que no es de Oxford, por supuesto.

Eso no justifica que se ensañe con un periodista, que solo transmitió el sentimiento de muchísimos argentinos que todavía intentan entender por qué en Dubai hizo palotes del idioma de William Shakespeare.

La palabra devaluada es un signo de la época. Falta confianza y cuando el presidente intenta convencer al auditorio lo único que logra es que la reacción sea cada vez más dura.

Porque parte incluso de conceptos equívocos, como decir que el acuerdo con el FMI fue un logro de este gobierno y la oposición, cuando la realidad, que es la única verdad -de Perón.... grullo- dice que su socia CFK, el hijo, la Cámpora y el kirchnerismo duro hizo pública su oposición al acuerdo.

En fin... Hay que mirar las imágenes que TN a través del periodista Nelson Castro y su equipo, entre ellos Manu Jove el camarógrafo, para darse cuenta de que algo falla en el mundo. Bombardeos en los suburbios de Kiev que dejaron el saldo de 3 muertos, varios heridas y 3 personas graves. Escombros, desolación... y sin embargo los ucranianos que aman a su patria como difícilmente se pueda explicar, buscan renacer de entre las cenizas como el Ave Fénix para demostrar que las palabras que nunca se devaluan son libertad, justicia, solidaridad, humanidad, sacrificio, mérito... Como para que a pesar de todo haya una luz de esperanza al final del túnel.

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