Por Eduardo Menescaldi
Hace unos minutos, el encargado de negocios de la embajada de Ucrania en Argentina, Sergiy Nebrat, dio una conferencia de prensa para alertar al mundo sobre el peligro que se está generando con la invasión rusa a ese país, que tuvo ayer un hecho más que lamentable como la explosión de la mayor central nuclear de Europa, llamada Zaporiyia.
Este funcionario ucraniano pidió a los gobiernos del mundo que tomen cuenta de lo que sucedió en esa central nuclear y le recordaron al pueblo ruso lo que se produjo en 1986 con la explosión de Chernobyl, con la expansión radioactiva que causó enormes daños de vidas.
Un científico que trabajó varios años en esa central ayer bombardeada dijo en el canal La Nación+, cuando se le preguntó qué pensaba de los argentinos que apoyaban al autócrata Vladimir Putin y su acción bélica, respondió y le aconsejó a ese ciudadano que "vaya a ver a un psiquiatra".
Desde la Argentina hoy más que nunca habría que hablar con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien estuvo dias antes del inicio de esta acción bélica sobre Ucrania con Putin, e incluso arrollidándose ante este dictador para ofrecerle el país como la puerta de entrada para Rusia. Sin duda Fernández, quizás inducido por su jefa, que tiene una empatía psicotica con Putin, se equivocó ampliamente en su decisión y hoy ante el conflicto que amenaza la paz del mundo, debió cambiar un poco de opinión y por eso, aunque bastante tarde, llegó un cierto repudio a la acción rusa.
¿Estamos en la antesala de la tercera guerra mundial? Hay síntomas que parecen responder afirmativamente a la pregunta pero todo el mundo, en peligro, debe reaccionar ante este flagelo y comenzar a tomar medidas. Desde el Papa argentino hasta los líderes de las grandes potencias tienen que comenzar a ponerse las pilas para que el mundo no se transforme en un enorme valle de lágrimas, muchísimas más de las que ya se están viviendo.
Polonia, país vecino de Ucrania, recibe a millones de refugiados que huyen de la invasión rusa. Hay muchos periodistas argentinos que están en la frontera polaca-ucraniana, incluso en los Cascos Blancos.
Lamentablemente, el canciller argentino, Santiago Cafiero, no parece tomar conciencia de la situación y ayer volvió a señalar que nuestro país no tomará sanciones económicas a Rusia, con una actitud totalmente diferente al resto del mundo libre. Evidentemente, Cafiero cuida su quinta frente a lo que podría ser una presión K de la Cámpora, esa misma Cámpora que ayer publicó un durisimo comunicado contra el acuerto con el Fondo Monetario Internacional.
Si se vuelve al tema guerra y la acción del autócrata Putin, el riesgo de la versión nuclear sigue vigente, y será hora de rogar a Dios que este psicópata ruso no se deje llevar por su irracionalidad como para terminar accionando el pavoroso botón rojo, que le daría a la Humanidad una tragedia superior a la del Covid, un tema que hoy parece pertenecer a otro tiempo de la historia mundial.
PD: las imágenes de refugiados que huyen de la invasión rusa y que festejan cuando llegan al país frontera, como Polonia, hacen recordar la segunda guerra mundial, que otrora eran en blanco y negro y hoy se siguen en vivo y en directo, en colores.
¿Puede un loco poner en peligro la paz mundial?¿El mundo no va a reaccionar para evitar que esta locura sigue creciendo sin saber cómo va a terminar?
¿Qué hará China en este conflicto, porque mantiene un silencio que aturde, aunque ya hay crónicas que dicen que el populoso país asiático sabía de la acción de Putin y se agrega que el presidente Xi Jinping le pidió al líder ruso que postergara la invasión hasta que terminen los Juegos Olímpicos de invierno?
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