BOCA NO PUEDE JUGAR EN AVELLANEDA... POR "LOS BARRAS"

 Parece digno de un país republiqueta -berretalandia al decir del economista Melconian- pero es la gran realidad. Boca no está jugando de local en su estadio por los trabajos que se están haciendo en el césped. Por eso, disputó un partido en cancha de Vélez. Pero no fue positiva la decisión porque fueron menos hinchas y entonces se buscó un escenario más cercano a la Bombonera. Se optó por jugar en Rácing, sin embargo finalmente el club de Avellaneda no lo aceptó por presión de los barras.

Boca, ante la situación, buscó otro escenario en Avellaneda, el estadio Libertadores de América, de Independiente. Los barras del Rojo parecieron ponerse de acuerdo con sus pares de Rácing y lograron que la directiva no aceptara la propuesta. En todo caso, para quedar mejor, se respondió que todo dependía de la decisión de la Municipalidad de Avellaneda, que no quiso problemas y no aceptó el pedido.

En fin, en un país donde el presidente abre las sesiones ordinarias del Congreso prometiendo el oro y el moro, mientras se advierte en forma notoria la ausencia del ex presidente del bloque, Máximo Kirchner, disconforme con el anuncio de Fernández de acercar al Parlamento el proyecto de ley de acuerdo con el  Fondo Monetario Internacional -un legislador fundamental en el oficialismo no puede tener actitudes infantiles porque, siguiendo a la mami, no está de acuerdo con este acuerdo, valga la repetición-, es evidente que el peso de los barras de los clubes más populares de Avellaneda no debe sorprender.

Como tampoco sorprende que como chicos en el colegio, oficialismo y oposición se peleen por un minuto de silencio por los fallecidos en Ucrania y por el Covid en el país, con la picardía de la vicepresidenta de adelantarse a la moción que iba a presentar el diputado radical Mario Negri.

Otra cuestión "infantil" de esta apertura de sesiones pasó por la eterna decisión del presidente de seguir criticando al gobierno anterior (el "ah pero Macri") y pegarle en distintos flancos. No se puede aceptar que se sigan con la misma letanía, pero tampoco puede aceptarse que la oposición, o por lo menos parte de ella, ante los mandobles del oficialismo se enoje... también como chicos... y decidan dejar el recinto. 

Señores: la República se sustancia con oficialismo y oposición, y la apertura de sesiones es un momento histórico, como para que nadie falte cuando se da el puntapié inicial del trabajo parlamentario.

Al final, valga esta reflesión: si la juglaresa María Elena (Walsh) viviera, seguramente tendría miles de versos y canciones para retratar a estos políticos con pies de barro, que se derriten por las simples brasas de la realidad...

PD: Boca vuelve a su estadio en resumidas cuentas cuando el domingo reciba a Huracán.

Comentarios