En la madrugada de hoy regresó al país el presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien anunció que designó a Cecilia Nicolini como secretaria de Medio Ambiente (una funcionaria que alguna vez acompañó a la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, a Rusia para negociar primero y reiterar luego las vacunas Sputnik e incluso reclamar con tono amenazante a los rusos por la promesa de las dosis que no llegaban).
La agencia Telam describe la visión "oficialista" del viaje del presidente, recordando que se reunió en el Kremlin con el líder ruso, Vladimir Putin, donde le comentó que la Argentina pretende liberarse de ser satélite de Estados Unidos porque, dijo, durante muchos años fue demasiado dependiente del país del norte.
Posteriormente fue el viaje a Pekín, donde se reunió con el líder Jin Jinping, y le anunció que el país se suma a la ruta de la seda, junto otros 140 países. En esta oportunidad hubo una visita a la tumba de Mao, lo que generó bastante ruido en el país y en el mundo, porque se volvió a traer a la memoria la millonada de muertos que generó el líder chino durante su gestión.
Quedó latente también el elogio que hizo la comitiva del partido comunista chino, que declaró que sin Mao no habría República China, lo que motivó la sonrisa cómplice de Jinping. "Nos sentimos muy identificados de todo lo que fue el pase a la revolución china" dijo Fernández. El propio embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, ratificó los dichos e incluso lo manifestó en idioma mandarín.
El cierre de la gira fue en Barbados, la última escala, donde se sumó el ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié, para participar de una cumbre de cambio climático. También hubo críticas desde la Argentina porque la provincia de Corrientes sufre en carne propia los males del ambiente, con incendios por doquier, pérdidas inestimables y una situación agravada por la falta de lluvias.
¿Cuál será el Alberto Fernández que va a aparecer en el poder a partir de este viaje? ¿Habrá cambios de gabinete como está trascendiendo? Se habla del ministerio de Defensa -se menciona a Agustín Rossi en ese cargo-, del ministerio de Justicia, de la jefatura de gabinete...
También habrá que ver si finalmente se aceleran los tiempos del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, de cara al proyecto que se piensa enviar al Congreso para aprobar ese acuerdo, donde será fundamental la postura del oficialismo -máxime con la decisión del presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, y su renuncia al cargo pero no a la banca, lugar que ocupó el diputado Gastón Martínez- y también, la de la oposición, sobre todo Juntos por el Cambio.
Quizás lo que más se espera en todo este universo pase por la silente, cuya mudez aturde, vicepresidenta de la Nación, que ocupó la primera magistratura durante el viaje de Alberto Fernández.
Recordemos que el Congreso Nacional se encuentra en período de extraordinarias, con una serie de temas enviados por el Poder Ejecutivo. Las extraordinarias preceden lo que será el 1 de marzo, oportunidad en que, Constitución mediante, se abren las sesiones ordinarias del Parlamento.
Hay otros temas de singular importancia que tendrá que enfrentar el presidente, como pueden ser las chicanas entre los responsables de la seguridad: el quilmeño Aníbal Fernández, en la Nación y Sergio Berni, en la provincia de Buenos Aires, que vienen pegándose al mejor estilo del dúo Pimpinela, que provocan ruido pero no resuelven el gran problema de la droga, el narcotráfico y todas sus secuelas que parecen crecer en forma exponencial en el país, con todos los riesgos y las complicaciones que suponen.
Alberto Fernández sabe que la decisión que se adopte en cuanto a acuerdo con el FMI puede generar alguna rispidez con sus aliados del Frente de Todos, concretamente La Cámpora con la decisión del líder, Máximo, que mostró claramente su oposición a ese acuerdo. ¿Qué dirá mamá CFK de todo esto, aunque es difícil suponer que el hijo diga una cosa y la madre otra complemente distinta?
El presidente de la Nación desde hoy comienza a palpar la realidad de un país que debe definir un futuro y fundamentalmente trazar un plan, ese que anunció el año pasado -le adjudicó el adjetivo plurianual- que pueda sacar al país del pozo y comience a activar un poco la economía, para que cambien los números negativos que hoy mandan, entre ellos la pregunta: ¿cómo reaccionará el dólar ante la nueva situación?
Entonces, la mayor inquietud es concreta: ¿Qué Alberto Fernández se viene a partir de ahora?
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