Si Ray Bradbury, el magnifico autor de "Farenheit 451" viviera seguramente tomaría el día de hoy para repetir uno de sus cuentos más emblemáticos. Aquel que habla del último día del mundo y lo que pasa con la humanidad, que no es más que un día igual a todos los demás, por lo que los habitantes no van a cambiar sus hábitos.
De todas maneras, podría tomarse la fecha con los números, que hacen al 22 (el loco en la quiniela), porque hoy es 22 de febrero -mes 2- del año 22, y si se profundiza la situación habrá que hacer un alto a las 22 horas 22 minutos 22 segundos para soñar con un mundo mejor... ¿O es acaso una locura?
Vale la apreciación para poner las cosas en su lugar. El mundo está en vilo luego de la invasión del gobierno autoritario de Rusia, que encabeza Vladimir Putin, del país limítrofe Ucrania, una apuesta que puede volver a dividir el mundo en dos, con la sombra de la guerra ... fría en el ambiente. Algunos hasta recordaron que fue el magnicida Adolf Hitler el que dio ese primer paso en su momento cuando invadió Polonia...
De aquí en más van a aparecer los que repudiarán la invasión por un lado, léase OTAN, y los que estarán a favor de la medida del líder soviético. En el medio como siempre y como nunca está la gente, la que entiende, la que no entiende, la que quiere y ansía la paz y le pide a los líderes del mundo que estén a la altura de las circunstacias, cosa que hoy no parece posible.
¿Cómo va a reaccionar la Argentina frente al "nuevo orden mundial"? Porque la pandemia parece haber terminado, pero sus secuelas no. O en todo caso, se abren nuevos espacios de conflicto que transforman al mundo en una ardiente secuela de vicisitudes.
¿Esta nueva realidad será otra forma o condimento para ampliar la grieta que ya existe entre nosotros? No olvidemos que el presidente dice que lo de Corrientes, que se incendia, lo resolvieron por más que algunos se embarquen en tuits flamígeros.
Tampoco hay que olvidar que hay un gobierno bicéfalo, entre el que habla de más y mete la pata bastante seguido, y su socia que mantiene un preocupante silencio, que podría estallar con una de esas cartas bomba que tiene a mano (¿la presentará cuando se cumpla un nuevo aniversario del nacimiento, no de San Martín sino de su amado Néstor , el 25 de febrero?) y que cada vez que se publican dejan esquirlas por doquier.
Hoy el país o el gobierno está solo pendiente del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que parece acercarse cada vez más a una eventual solución, para que lo apruebe el Congreso en marzo, y curiosamente por primera vez en la historia las sesiones extraordinarias que finalizan el 28 de este mes no podrán aprobar los temas del Ejecutivo porque no alcanzan los tiempos, salvo que en un flash se aprueben.
El 1 de marzo será la apertura de las sesiones ordinarias, fecha en que el presidente de la Nación ante los legisladores -senadores y diputados- brindará su discurso, en el que hace balance de lo realizado y da el panorama de lo que se viene, que es quizás lo que más se espera. Lógicamente, el acuerdo con el FMI será la principal cuestión que atacará Alberto Fernández, aunque se aguarda que se dé también lugar a otros temas de igual importancia, como seguridad, educación, planes, subsidios, reactivación de la economía, poner el país en movimiento, la política exterior frente al nuevo orden mundial, etcétera.
En un día de locos, por los 22 que hoy nos envuelven, con un mundo de locos también -lo de Rusia-Ucrania también nos interpela- cabe esperar que nuestras autoridades tomen conciencia de su responsabilidad y se acuerden de la gente normal, la que solo pide sentido común en los que mandan. Para que algún día se pueda inflar el pecho y decir, como Argentino Luna, mira qué lindo mi país, paisano...
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