Muchos motivos le adjudican un sabor especial a la apertura de las sesiones ordinarias del Parlamento que será el próximo martes 1 de marzo, con la presencia de diputados y senadores en el recinto de la Cámara Baja.
En la oportunidad el presidente de la Nación, Alberto Fernández, dará su discurso en el que corresponde hacer un balance del año y dar a conocer los pasos que se piensan dar en el nuevo año legislativo.
Lógicamente, una de las grandes expectativas pasa por saber del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el proyecto de ley que desde el Poder Ejecutivo se elevará al Congreso, para ser tratado a mediados de marzo.
Por supuesto la cuestión también estará centrada en las políticas que se piensan aplicar en materia educativa, social, económica, la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, la recuperación de los puestos de trabajo, etcétera.
El tema que atraviesa el mundo es la invasión de Rusia a Ucrania también centra la atención, como para que desde el gobierno se fije una posicion contundente frente a la circunstancia bélica que mueve y conmueve al mundo. Por ahora, vale recordarlo, el presidente se mostró errático y aunque parezca que unos días son un siglo en el país, no hay que olvidar que un poco antes de la invasión Fernández estaba en Moscú y le declaraba al presidente ruso Putin una posición de amistad y adhesión, incluso con el tupé de decirle que esperaba que la Argentina sea puerta de entrada del país soviético a América Latina. Eso fue antes de la invasión, ahora las cosas cambiaron, a pesar de que desde cancilleria hubo un comunicado ligh, pidiendo el cese de actividades pero sin la condena y el repudi contundentes, como sí lo manifestó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Legisladores de oficialismo y oposición, senadores y diputados, se congregan en esta asamblea legislativa para escuchar a Fernández. Ahí estará la otra Fernández, Cristina, titular del Senado, quien en estos días ha mantenido un silencio que aturde sobre los temas y conflictos que afectan al país y al mundo. ¿Dirá algo de la guerra, de su amigo Putin o del acuerdo con el FMI?
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