AL MAESTRO CON CARIÑO, EL RECUERDO DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO


 El himno a Sarmiento, que canta loas al gran maestro argentino, resume el pensamiento de quienes aman la educación por encima de otro pilar de un país. Hoy se cumplen 211 años del nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento en San Juan (falleció en Asunción del Paraguay el 11 de setiembre de 1888, y por eso ese día se celebra con justa razón el día del Maestro).

Fue presidente de la Nación, escritor, difusor de la educación como la herramienta fundamental para el desarrollo de un país.

Como escritor algunas de sus obras son ejemplares emblemáticos como Facundo o Civilización y barbarie, Recuerdos de provincia...

Como presidente ejerció desde el 12 de octubre de 1868 hasta 1874.

Tuvo históricos debates con otro gran argentino, Juan Bautista Alberdi, autor de las bases de la Constitución Nacional de 1853, con esas famosas cartas catilinarias.

Los dos tenían una idea de país, que enriquecía a la incipiente República.

A dos siglos una década y un año del nacimiento del gran maestro argentino vale más que nunca su recuerdo, cuando está por comentar un nuevo período escolar sobre todo en Capital y Gran Buenos Aires, y la provincia de Buenos Aires.

Muchas obras jalonan la histórica actividad sarmientina, y con la educación  como un objetivo y no una excusa, cuando realizó un censo nacional se dio cuenta de que había un altísimo porcentaje de analfabetos, por lo que recurrió a los Estados Unidos e "importó" maestras norteamericanas, que hicieron una gran obra educativa, muchas de ellas se quedaron en este país que comenzaba a abrir sus aulas para todos los ciudadanos del mundo que querían habitarlo. En forma simultánea propició la construcción de escuelas por doquier.

Hoy, la educación es un gran déficit de los gobiernos de turno. Se priorizan los egos personales, las próximas elecciones y se da poca relevancia a las próximas generaciones.

Por eso, el recuerdo de Sarmiento adquiere mucha mayor importancia, en un país que tiene todo para ser poderoso, por su tierra, por su gente, pero que necesita "salvar" el déficit de dirigentes que dejen de mirar su ombligo y apuesten de una vez por todas a la PATRIA con mayúscula, y no a un instituto que en su nombre encumbre una falta de respeto a aquellos que sueñan con un país en el que valga la pena vivir.

Una disgresión en el recuerdo de Sarmiento: todavía están en las retinas de los argentinos que peinan canas las películas que protagonizó el inolvidable actor Enrique Muiño, cuyo parecido con el gran maestro era notable. Entre ellas Su mejor alumno, junto a Angel Magaña.

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