LA MARCHA CONTRA LA CORTE: UNA MANIFESTACION INCONSTITUCIONAL

                                Ramos Padilla y D´Elía


 La base de la República y de un sistema de gobierno democrático se sostiene en la división de poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

La Constitución, que es la auténtica herramienta que arma a una Nación, señala que los tres poderes son independientes.

Por eso, no se alcanza a entender la marcha programada para mañana a la tarde contra la Corte Suprema de la Nación. Los que convocan apuestan a "echar" a los miembros del más alto tribunal del país, asegurando que son corruptos y que no imparten justicia.

De entrada nomás avasallan los principios constitucionales y por eso los que entienden lo jurídico aseguran que la marcha viola lisa y llanamente la Carta Magna.  

Hay un medio que publicó que muchos de los que convocan están procesados, por lo que podría considerársela como "la marcha de los procesados", como la calificó la abogada mediática Florencia Arietto.

Además, si se menciona al doctor Ramos Padilla padre, Luis D´Elía, el Chino Zanini, Leopoldo Moreau, el doctor Zaffaroni,  Fernanda Vallejos, el propio presidente de la Nación, el ministro de Justicia, Martín Soria... entonces se tendrá idea de que no está tan alejada la calificación.

A tal punto la marcha genera rispideces y parece anacrónica, que por un principio químico a esa acción se le suma una reacción como la marcha convocada para el jueves para defender a la Corte, el poder Judicial y el sistema jurídico nacional.

Todo esto sucede en los umbrales de febrero, el mes más corto del año y a la vez el que llega con vientos de fronda. Porque si se toman en cuenta las pintadas que se observan en algunos lugares del Conurbano se tendrá una idea acabada de la poca idea democrática que acompaña a los convocantes.

Y en un momento especial del país como este todo se viraliza. Porque el presidente prepara las valijas para ir a Rusia, a fin de reunirse con el líder Putin y luego a China, para compartir tiempo con Xi Jinping, por lo que las marchas la tendrán a Cristina Fernández a cargo de la presidencia, algo constitucional pero que en la práctica es la comprobación de lo que realmente sucede en el país en materia de gobierno.

Frente a ello alguien dice que CFK al no haber hablado todavía del entendimiento con el FM produce un silencio que aturde. La marcha de mañana, curiosamente, tiene un tiro por elevación: que la presidenta pueda seguir zafando de sus causas, porque los que critican a la Corte en el fondo lo que quieren es que se exprese a favor de ella en los múltiples recursos presentados en las causas que la tienen como protagonista.

Estos mismos que convocan y que llevan a sus militantes a pintar las paredes del Conurbano para que se concurra a la marcha de mañana, nada dicen cuando hay camaristas que sobreseen a CFK en causa con avalancha de documentos y ni siquiera permiten que los casos lleguen al juicio oral.

Entonces, las paredes dicen "movilización, marcha contra la Corte corrupta" ... y si algún periodista se atreve a preguntar a los que concurran por qué lo hace o que diga los nombres de los integrantes de la Corte o los principios que los llevan a marchar, seguramente muchos hablen como militantes y no sepan los reales motivos.

El hombre común está muy alejado de lo que va a pasar entre martes y jueves de la primera semana de febrero, porque su día pasa por el trabajo, llegar a fin de mes, la educación de los chicos, la inseguridad, el día a día.... y si frente a ello un micrófono le pregunta qué piensa de la marcha -suponemos que el entrevistado no está con el gobierno ni en contra de él- el hombre común le responderá que con sus ingresos apenas llega a fin de mes, si llega...

O sea estas marchas están a contramano de un país que tiene todo para ser un vergel y que no encuentra en sus referentes las respuestas adecuadas para resolver los problemas de la Argentina. Algún presidente dijo cierta vez que la Argentina estaba condenada al éxito, y la realidad es que el éxito es el argentino que se levanta todos los días para construir el país con el sudor de su frente y que no encuentra en los que mandan la posibilidad de ser mejor. 

De todas maneras, hay que seguir siendo optimista y esperar que estas marchas sirvan para poner las cosas en su lugar. Que el presidente presida su país y no sea títere de nadie. Que la vice entienda que Honduras, Nicaragua, Irán, Rusia, China, Venezuela, Cuba no respetan los derechos humanos y entonces no pueden ser modelos a seguir.

Hay que volver a los principios, a los valores, a cumplir los preceptos de la Constitución y respetar al otro, que sin duda es la patria, y no uno solo.



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