Por Eduardo Menescaldi
Hoy se cumplen 29 años del trágico accidente automovilístico en la zona de San Pedro, en que murió el técnico Hugo Manuel García, quien viajaba junto al profesor Eduardo Daguerre, que se salvó milagrosamente.
Hugo era símbolo de Quilmes, de alma y corazón. Tenía sangre futbolera y Cervecera. Había logrado con el Cervecero el ascenso a primera división el 1 de junio de 1991, el último título que logró el decano del fútbol argentino. Pero, la malos resultados desde el inicio en primera división determinó que después de una derrota en La Paternal con Argentinos Juniors debiera renunciar, porque la comisión directiva le retiró el apoyo.
EN SANTA FE
Hugo no se amilanó y meses después lo llamaron de Colón de Santa Fe. Precisamente el día del accidente viajaba para iniciar la pretemporada con el Sabalero.
Hugo era sinónimo de Quilmes. En aquel ascenso del año 91 se dio el gran gusto de llegar a primera división con el club del que era hincha. Incluso vivía apenas a dos cuadras del viejo estadio de Guido y Sarmiento.
Desde El Sol entablamos una encendida amistad futbolístico deportiva, y se iluminaba cuando en el bar Amancay, de la calle Alvear, contaba la manera en que jugaba su equipo, conocía todo del rival y sorprendía en tiempos en que no había Internet porque sabía todo de todos.
Recuerdo que alguna vez me pasó el teléfono de Edgardo Paruzzo, un delantero de Tigre al que conocía por haberlo tenido como técnico. Y me dijo que lo llamara para saber cómo iba a formar el de Victoria ante Quilmes, y me aclaró que no le dijera que él había sido el intermediario. Lo hice, y Paruzzo, con una sonrisa, de entrada nomás me preguntó: ¿esto te lo pidió Hugo?
García era así. Tuvo que dejar el fútbol por una lesión y de inmediato se dedicó a la dirección técnica. Tuvo un paso por el fútbol tucumano y en Quilmes registró tres experiencias, la más destacada la del ascenso de aquel lluvioso sábado del 1 de junio de 1991, cuando fue llevado en andas por los hinchas que le reconocían el logro y el corazón Cervecero.
UN CLASICO
El periodista Darío Pignata recordó un clásico Unión-Colón jugado el 3 de octubre de 1992 en el estadio Tatengue. Hugo era DT de Colón y en el equipo de Unión el técnico era Humberto Zuccarelli.
Hugo no le había podido ganar a HZ en cinco enfrentamientos anteriores y lo tenía clarito. Además Hugo sabía que Colón no ganaba un clásico desde hacía 12 años.
Cuenta el periodista que Hugo quería estar en todo. Quería entrar antes a la cancha para asegurarse que no se la regaran y para levantar a la gente en la tribuna visitante. El vestuario visitante tenía una puertita que daba a la cancha pero estaba cerrada y nadie tenía la llave. Empezó a patearla y le abrieron.
El capitán de ese Colón era Alfredo Pichón Juárez, a quien Hugo había tenido en el Quilmes del ascenso 91.
En ese clásico Hugo gritó como loco los golesd e Maximiliano Cincunegui y de Chupete Marini. Sufrió el descuento de Magnin y, dice el periodista, puteó al paraguayo Lugo porque estando 2 a 1 buscó salir jugando y casi pierde la pelota enla puerta del área sabalera.
EL ADIOS
El velatorio de Hugo García fue multitudinario en la casa de la calle Alvear. Estaba todo Quilmes Cervecero -hinchas, futbolistas, allegados, vecinos, empleados del club, etcétera- y se le adiós al ídolo de siempre que moría con apenas 44 años (había nacido en marzo de 1948).
En ese equipo del ascenso su ayudante de campo era Juan Carlos el Nene Kerle, su cuñado. Hoy el hijo del Nene, Sebastián, es el más destacado periodistas que sigue al Cervecero desde hace tres décadas. Incluso lo plasmó en su libro de la Flema Cervecera y 250 relatos.
Otra curiosidad: mi hijo menor Mauro no lo conoció a Hugo, porque recién nació el 21 de noviembre de 1992, o sea 51 días antes del trágico accidente. De todas maneras algo debió haber sentido porque hoy es más Cervecero que nunca, esa llama que Hugo solía hacer flamear por doquier.
EL GALLEGO Y JACINTO
El Gallego García tenía en Jacinto Porroni el gran colaborador a cargo de la subcomisión de fútbol del Cervecera.
En aquel ascenso de 1991, tras la derrota inesperada en cancha de Español, 4 a 2 con Italiano -ese día Quilmes perdía a poco de iniciado el partido 3 a 0- Jacinto y Hugo vinieron al diario El Sol y a la radio FM Sur (88.9) para decir con todas las letras que el ascenso no se perdía por más que todavía dolía la derrota de días anteriores.
Y juraron que el ascenso no se escaparía, lo que se logró el histórico 1 de junio de 1991.
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