ENERO DE 1919, EL RECUERDO DE LA SEMANA TRAGICA

 En la historia de la lucha obrera en la Ciudad de Buenos Aires, siempre se recuerda la conocida Semana Trágica ocurrida en 1919.

Se pedía reducción de las horas de trabajo y otros derechos laborales.a Comenzó en Buenos Aires y se extendió a varias provincias.

A principios del siglo XX la clase obrera vivía una situación desesperante, no había casi derechos laborales y cada fábrica se manejaba como se le cantaba. Se podían prohibir los sindicatos, los aumentos eran los que decidía arbitrariamente el patrón, no había jubilación, etcétera.

No hay que olvidar que en ese año habían causado gran repercusión hechos como la revolución rusa y la reforma universitaria. La revolución rusa hablaba de que los trabajadores podían tomar el poder y gobernar un país. La reforma universitaria hablaba de igualdad y de derechos políticos.

LA VASENA

El conflicto estalló en los talleres metalúrgicos de Pedro Vasena, en el barrio de Pompeya. Ahí trabajaban 2500 obreros en herrería y fundición. La fábrica era de un consorcio inglés y Pedro Vasena era el gerente.

Los trabajadores tenían jornadas de 11 horas y comenzaron una huelga el 7 de enero de 1919, que se transformó en huelga general. Pedían jornadas de 8 horas, descanso dominical, aumento de salarios y reincorporación de los despedidos.

Ese 7 de enero hubo un enfrentamiento entre trabajadores y la policía, que custodiaba a los "carneros". Eso produjo 4 muertos, lo que colmó la paciencia de los trabajadores y los sindicatos llamaron a la huelga. Ante nuevos asesinatos en el entierro de los obreros muertos la huelga se convirtió en rebelión.

Los huelguistas pararon la ciudad de Buenos Aires, los tranvías fueron volcados, hubo piquetes en las esquinas, etcétera.

Gobernaba el presidente radical Hipólito Yrigoyen y el 14 de enero el gobierno declaró el estado de sitio (trajo 30 mil soldados al mando de un general de la Unión Cívica Radical). 

Dice Martiniano Rodríguez sobre este episodio historico que "los errores cometidos en esos gloriosos días, muestran que el Estado nunca es parte de la solución, por lo que la pelea en el Congreso debe ser solo una ayuda para la lucha en las calles. Por otro lado, la organización de la clase obrera para la transformación socialista de la sociedad, es una tarea que todavía hay que realizar y que muhos dejan de lado",

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