EL PRESIDENTE SIGUE TRANSITANDO POR LA AVENIDA INCERTIDUMBRE

 Después de asumir la presidencia pro tempore de CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), Alberto Fernández volvió a mostrar la dualidad y la ambiguedad con que este gobierno se maneja en materia de relaciones exteriores.

Porque mientras sigue coqueteando con Estados Unidos, para tratar de acercar posiciones con el Fondo Monetario Internacional, por otro lado ofrece señales discordantes. Porque en este encuentro de la CELAC, que se realizó en Buenos Aires, estuvieron los embajadores de Nicaragua, Cuba y Venezuela, justamente los tres países del continente que no respetan los derechos humanos.

Por eso no extrañó que en este encuentro no estén precisamente Estados Unidos y Canadá.

Alberto Fernández camina por la amplia avenida de las dos posiciones, antagónicas ellas, por un lado el acercamiento a los citados países que son públicos violadores de los derechos humanos -tanto en Venezuela, como en Nicaragua que apresó a los candidatos opositores y como en Cuba, donde los derechos humanos brillan por su ausencia desde hace muchísimos años.

Fernández leyó su discurso ayer y dijo que la CELAC no se entromete en los países, una manera "elegante" de decir que hacemos la vista gorda con las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos. Una manera brutal de desechar el informe que en su momento realizó la chilena Bachelet sobre las constantes violaciones de estos derechos en Venezuela.

Argentina tendrá que definir algún día su real política de relaciones exteriores, porque esta dualidad y a su vez, ambiguedad, de definiciones pone sobre el tapete que parece más visible acercarse a la impensable Argenzuela o a los regimenes donde las libertades son adulteradas en forma permanente. 

Porque no debe olvidarse que esta misma dualidad apareció en su momento en lo que era la llegada de vacunas. El gobierno se jugó por las vacunas rusas, Sputnik, desechó las Pfizer, de Estados Unidos, y terminó padeciendo esa definición "ideológica". Porque se retrasó lamentablemente la llegada de vacunas y en el medio murieron muchos argentinos de Covid.

Pasó el tiempo y ahora se recibe la Pfizer con beneplácito, cuando antes se la había demonizado, incluso con argumentos falaces como la garantía de los glaciares o la palabrita "negligencia" que impuso la diputada hiperkirchnerista Cecilia Moreau,.

El gobierno nacional, en síntesis, algún día tendrá que definir una política exterior coherente y que no provoque asombro e incertidumbre en la opinión pública.

El cantante Copani, que se mofó de la Pfizer y lo tradujo en una canción que da verguenza, ahora publicó que se aplicó la vacuna .... Pfizer, otra manera de mostrar esa incoherencia que mueve y conmueve.

Cabe esperar que en estos dos años que le restan al presidente Alberto Fernández pueda tener la libertad de acción para desprenderse un poco de quien lo eligió a dedo y se anime a gobernar con los mismos principios que predicó en campaña, y que después, ya asumido, dejó de lado para llevarse por el pensamiento de su socia, que le quiso demostrar que debía cumplir con el pacto preexistente que derivó en esta especial manera de llegar al poder.

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