¿LOS ARGENTINOS PODREMOS CONOCER AL VERDADERO ALBERTO FERNANDEZ?


 ¿Cuál es el verdadero Alberto Fernández, teniendo en cuenta todas las caras que ha mostrado nuestro primer mandatario desde que asumió e incluso antes?

Porque por un lado dice que no está sometido a su vicepresidenta, Cristina Fernández, pero difícilmente tome iniciativa sin la aprobación de quien lo eligió.

Y ya no se trata de recordar lo que Alberto decía de Cristina hace unos años, cuando era el principal crítico de la vicepresidenta y quizás el que más duros términos y acusaciones tuvo hacia CFK.

De pronto se reune en la asunción del presidente del partido Justicialista, Máximo Kirchner, y acusa a la oposición de poner trabas para la sanción del presupuesto. O sea hace caso omiso del error que cometió precisamente Máximo al patear el tablero cuando el Parlamento, concretamente la Cámara de Diputados, apuntaba después de 20 horas de sesión a que el proyecto de presupuesto vuelva a comisión para evaluar modificaciones que conformaran a las partes. 

Sin embargo, Alberto no se anima a criticar al hijo de su socia, que quebró el camino hacia el arreglo con el Fondo Monetario, en medio de las negociaciones. El discurso de Máximo, criticando a los principales referentes de la oposición y diciendo que le llamaba poderosamente la atención su actuación cuando a su entender eran los que generaron la deuda de 44 mil millones con el FMI, terminó por caer como una bomba en la extensa sesión que terminó con el rechazo de la ley de leyes por mayoría opositora.

Alberto también  aprovecha para pegarle a la Justicia, critica a la Corte Suprema y se olvida la división de poderes, algo que parece increible en un mentado profesor de la Facultad de Derecho.

Pero nada dice cuando los jueces sobreseen a CFK en varias causas o condenan al ex titular de la AFI, hoy en la Aduana, Ricardo Echegaray pero sobreseen a los empresarios De Souza y Cristóbal López, pretendiendo separar un delito entre los partícipes, como si se pudiera cometer, uno con conocimiento y los otros con ignorancia.

Por supuesto, después están los palitos a la prensa, los medios hegemónicos, la corporación, pero se olvida de los medios oficialistas que se la pasan dando palos a la oposición, a los otros medios, a los periodistas, etcétera. Y que suman operaciones para poner a Mauricio Macri en la mira y todo lo que el ex mandatario representa.

En fin, Alberto y su gobierno entran en los dos últimos años de su gobierno -ahora dice que si las cosas salen bien no descarta la reelección- y la gran incógnita pasa por saber qué Alberto Fernández terminará gobernando entre tantos Alberto que hemos conocido.

Ojalá que nos saque las dudas y termine por iniciar el camino al menos para dejar de lado las chicanas y pensar en todos los argentinos, sea del partido que sean. Alberto debe iniciar el camino para tener por lo menos un acercamiento a lo que pretendemos de un estadista, y no de uno que "está" pero "dista" mucho de ser el gobernante ideal.

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