Con el argumento de que se celebra el Día de la Democracia, el kirchnerismo organizó este acto en la emblemática Plaza de Mayo, con la característica de que solo se concentra en los que pertenecen a ese sector, olvidándose de radicales, conservadores, libertarios, macristas, PRO y otros pensamientos políticos.
Querer embanderarse con la excusa de los derechos humanos no es más que una manera de confundir los tantos y convertir a un acontecimiento histórico en un acto partidario.
Lamentablemente, muchos no escucharon ayer el histórico discurso del senador Esteban Bullrich al renunciar a su banca por su enfermedad, quien apuntó al consenso, a superar la grieta y a buscar la manera de tirar todos juntos para el mismo lado por el bien de la Patria.
El acto de esta tarde-noche no es más que una demostración de que sigue la división entre argentinos y los que debieran dar ejemplo desde arriba de convocar a todos, lo hacen solo con su gente y alimentan aun más una grieta interminable.
Quienes recordamos aquel histórico 10 de diciembre de 1983 hacemos la comparación y nos damos cuenta de las enormes diferencias que existen entre aquellos dirigentes y los actuales, que solo miran su propio ombligo. Así nos va.
Difícilmente la Argentina pueda recuperar su sendero de grandeza con la mezquindad de quienes organizaron esta "fiesta", enorme eufemismo, con el argumento de que es para todos y la realidad muestra que es solo para los del palo.
La democracia es de todos y no de un grupo que pretende apropiársela.
Comentarios