EN EL DIA DE LOS INOCENTES, LA REELECCION DE LOS INTENDENTES NO ES BROMA

 Curiosas situaciones de esta Argentina democrática, pero en un 28 de diciembre, día de los inocentes, recordado siempre por bromas de pésimo gusto, la ciudadanía asiste anonadada a lo que ha ocurrido hoy en la Legislatura bonaerense.

Primero fue el Senado provincial, después la Cámara de Diputados. La Legislatura en su totalidad aprobó la modificación de la ley que no permitía la reelección de intendentes por más de un período.

Legisladores del oficialismo y de la oposición se pusieron de acuerdo y por mayoría decidieron habilitar la reelección por un nuevo período.

En el Senado votaron a favor 36 legisladores, 8 lo hicieron en contra y hubo una abstención.

Después le tocó el turno a Diputados, donde las fuerzas estuvieron más reñidas, aunque finalmente ganaron los que votaron a favor de la iniciativa.  En esta Cámara se sabía del voto negativo de legisladores que responden a María Eugenia Vidal y a Sergio Massa, quienes en 2016 fueron los gestores de impedir la reelección de los intendentes por más de un mandato.

Alaprobarse la reforma en tiempo exprés y récord -Senado y Diputados- en el día de los inocentes, la reelección de los intendentes no podrá tomarse como una broma.

De aquella iniciativa de 2016, las cosas cambiaron, porque muchos intendentes apelaron a artilugios para eludir la débil reglamentación de la ley, que dejaba abiertas puertas para esquivarla. Se trata de esos intendentes que en su momento solicitaron licencia para ocupar otros cargos o renunciaron y que ahora se sienten con derecho a nuevos períodos y poder presentarse en los comicios de 2023.

En el fondo se trató de una indignante actitud política, con la sensación de burlar el voto de los representados, que los votaron para que gobiernen el distrito y no para que busquen atajos para abrazarse o atornillarse al poder eterno.

En tiempos de crecimiento exponencial de los casos de Covid, en un país con record de desocupación, pobreza, problemas de inseguridad, etcétera, observar que los legisladores votan la re-re de los intendentes -los famosos barones del Conurbano- suena a regar fuera de la maceta de la democracia. En todo caso, una manera de degradar el sistema democrático.

Hay que recordar que cuando se trató la reforma constitucional de 1994 en Santa Fe uno de los temas que se trató era la eventual reelección indefinida del entonces presidente Carlos Menem.

La reforma le puso un freno a esa voracidad del poder del riojano. Hubo un pacto con el líder radical Raúl Alfonsín, y se terminó por aceptar un nuevo período de Menem, pero contener y evitar reelecciones eternas. El constituyente Carlos Auyero en su exposición habló del libro Memorias de Adriano, y recordó que ese emperador estaba atrapado por la elección eterna, por lo que al imaginar un poder interminable era como que se llegaba a sentirse casi como Dios.

Los intendentes se atornillan al poder y en el 2023 podrán volver a ser elegidos para seguir gobernando hasta el 2027, y en algunos casos sumar una cantidad increíble de años en el poder, pateando la posibilidad de alternancia, que debería ser el pilar fundamental del gobierno republicano. 


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