Increíble pero real. Las elecciones de ayer pusieron sobre la mesa el hartazgo de muchos argentinos con el gobierno y eso quedó reflejado en las 15 provincias donde ganó la oposición -entre ellas Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, aunque en esta último el oficialismo achicó diferencias, sobre todo por los efectos del denominado plan Platita, que terminó "convenciendo" a ciudadanos con dádivas, prebendas, subsidios, regalos, etcétera-.
El presidente de la Nación pareció no tomar nota de la expresión de las urnas y anoche, después de leer un discurso vacío de contenido, al llegar al bunker cambió pesimismo por euforia y concluyó anunciando que el miércoles en la marcha de la CGT a Plaza de Mayo que "todos vamos a festejar esta victoria...". Dejó atónitos a propios y extraños.
Lo cierto es que el comicio pareció destapar el fin de un ciclo y el comienzo de una nueva etapa, porque el oficialismo debe seguir gobernando durante los próximos dos años.
Habrá que ver de qué manera el gobierno se traga el sapo de la derrota y encara lo que viene, y también, qué pasará con la oposición, que seguramente será llamada a buscar consensos para afrontar lo que viene.
Lógicamente, hay una variable que está siendo vista con fruición y que pasa por saber qué lectura hará la vicepresidenta Cristina Kirchner del resultado electoral, o sea, si de pronto lanzará alguna de sus bombas, como las cartas venenosas al presidente o si bien, dará un paso al costado y dejará a Alberto Fernández para que encare de una vez por todas un plan, que aquiete las aguas.
En el discurso que leyó anoche el presidente habló de un plan plurianual que se presentará en diciembre en el Congreso, orientado a buscar fórmulas de arreglo con el FMI.
Soplan vientos de fronda en esta Argentina 2021 poselectoral. Los responsables de mover los hilos tendrán que asumir su responsabilidad y buscar las mejores maneras para salir adelante.
Y el que adquiere un rol fundamental a partir del 10 de diciembre es el Congreso Nacional, que en ambas Cámaras tendrá equilibrio, que es quizás el principal déficit que mostraba el sistema hasta ahora.
La voluntad de las urnas determinó que ya no tenga quórum propio el oficialismo en el Senado y en Diputados, hay una leve ventaja de los diputados del Frente de Todos (115) contra Juntos por el Cambio (110).
Esto es lo mejor que pudo pasar en el mapa político argentino, para que los consensos parlamentarios sean la gran apuesta a fin de lograr la soñada recuperación económica, social y política que merece el país.
PAGO CHICO
En el pago chico, Quilmes, finalmente el oficialismo pudo revertir el resultado de las PASO y terminó festejando una victoria a lo Pirro, que tiene su gran explicación en el despliegue del plan Platita en toda su dimensión. Hubo micros escolares, remises a rolete, promesas, prebendas, dádivas y todo un repertorio de atractivos que fueron auténticos espejitos de colores en plena época cibernética.
En tiempos de crisis, desocupación, pobreza, etcétera, el poder apela a cualquier recurso, maquiavelo mediante, para salvar la ropa. Se festejó desde la intendencia pero quedaron picando los peros del vale todo para conseguir un objetivo, en este caso, ganar una elección.
De todas maneras en el Concejo Deliberante, donde será el debate de ideas, las fuerzas se mantienen equilibradas porque con los resultados ingresan seis concejales por el oficialismo y otros seis por la oposición.
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