EL HOMBRE-GATO, EL JESUITA Y EL ATENTADO CONTRA EL GENERAL PERON

                                               Castex dijo que planearon asesinar a Perón
Por Eduardo Menescaldi

 En estos días hemos leído en los diarios la historia del llamado hombre-gato, Nicolás Gilad Pereg, un invididuo que se siente felino, maulla, se mueve como ese animal. Acusado del asesinato de su madre y de su tía, fue condenado a prisión perpetua. Ocurrió en Mendoza.

Esto hizo recordar que hace unos años en el diario El Sol se contó la historia de un denominado hombre-gato, que solía aparecer por los techos de viviendas en la zona de Quilmes Oeste. Incluso alguno dijo haberlo visto por la calle Unamuno. De todas maneras cuando se investigaba un poco se llegaba a la conclusión de que este personaje podía entrar en la misma serie de las aventuras comentadas en el cerro Uritorco de Córdoba, con los presuntos OVNIs.

En una entrevista que le realizó el periodista Eduardo Feinmann por Radio Rivadavia, habló Mariano Narciso Castex, médico psiquiatra forense, científico, también jesuita, con una enorme cantidad de títulos universitarios en el país y en el exterior.

Castex contó que había pedido al Tribunal la posibilidad de contactarse con el hombre gato y se le dio el visto bueno. Se encontró a solas con Pereg y lo sorprendió de entrada con un sonoro MIAU. Ahí el hombre gato respondió diciendo cómo le va. 

Refirió Castex que había quebrado la propia estrategia de este individuo que se movía como un felino, aunque no olvidaba su condición humana, y terminó con una condena a perpetua.

AQUELLOS TIEMPOS

Al doctor Castex lo conocí en 1966, en la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación durante el gobierno de facto del general Juan Carlos Onganía (que había derrocado violentamente al gobierno constitucional del doctor Arturo Illia).

El subsecretario Legal y Técnico era el doctor Roberto Bobby Roth -autor de un libro, El país que quedó atrás, donde decía que los militares debían dividir su gestión en tiempo económico primero, social luego y finalmente político-, incluso le escríbía los discursos a Onganía. Tenía un lote de asesores, entre otros el doctor Klappenbach, Diego Muniz Barreto, el entonces presidente de Rácing, Rodríguez Larreta, padre del actual candidato Horacio, y también el doctor Castex, quien lucía su clergy man jesuita.

                                    Diego Muniz Barreto

Entre esos asesores estaban Diego Muniz Barreto, un personaje de aquellos, que vivía en una mansión en Belgrano en la calle Arribeños, con una gran cantidad de animales, muchos exóticos como arañas. Alguna vez se presentó en la oficina con uno de esos ejemplares, lo colocaba en un cajón del escritorio y se los mostraba a las secretarias qu,e huían despavoridas.

En la charla con Feinmann, el doctor Castex contó un episodio de su juventud, donde también participó Muniz Barreto. Explicó que eran jóvenes militantes universitarios y que durante la presidencia del general Perón se armó la posibilidad de un atentado para matar al líder justicialista. Corría el año 1954.

Señaló que se había preparado todo pero fracasó la tentativa porque "Muñiz Barreto se emborrachó y contó todo. Terminamos todos presos y en mi caso estuve en la cárcael dos meses".

Vale agregar que Muniz Barreto fue diputado nacional en 1973 e integró la lista de ocho que renunciaron al bloque por disidencias en la manera en que Perón iba a encarar la lucha contra la guerrilla (Muniz Barreto era montonero y pasó a la clandestinidad).

Su vida terminó brutalmente con un asesinato. Fue secuestrado en 1977. La dictadura quiso hacer pasar el hecho como un accidente automovilístico, pero su acompañante pudo sobrevivir y brindó un escalofriante testimonio que puso al descubierto el macabro plan.

Muniz Barreto pertenecía una familia patricia, pero en sus vaivenes políticos fue colaborador de la dictadura, militante peronista, Montonero y terminó asesinado por los militares.

Y en cuanto al doctor Castex, que ya superó los 80 años, ha participado en más de mil casos como perito, muchos de ellos de enorme repercusión como Alberto Nisman, Carlos Menem junior, Ricardo Barreda, Padre Grassi, Nora Dalmasso, el soldado Carrasco -su asesinato dio lugar al final del servicio militar obligatorio-, Horacio Conzi, Fabián Tablado.

En una declaración periodística dijo que "el ex juez Zaffaroni me dijo alguna vez que como sacerdote yo podría haber sido un excepcional cardenal del Renacimiento".


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