CON EL GALLO DE MORON, UNA HISTORIA CON LA LEYENDA DE LA BRUJA DORA

 Quilmes tendrá que jugar el Reducido con el Deportivo Morón, partido y revancha. Tiempo atrás este partido era uno de los grandes duelos del Ascenso, por la rivalidad entre las hinchas y los clubes, amén de los cruces verbales que se producían entre los dirigentes principales de las entidades.

Y hay una historia con sabor a leyenda, que merecería ser llevada al cine o por lo menos sería una de los tantos relatos del libro del colega Sebastián Kerle y la Flema Cervecera.

Ocurrió a mediados de 1994, cuando Quilmes realizaba una gran campaña con un gran equipo, pero que tenía como rival, que parecía inalcanzable, al Gimnasia de Jujuy que dirigía Ferraro.

Faltaban pocas fechas para la conclusión del certamen y Quilmes seguía pisándole los talones al lobo jujeño.

Hete aquí que dice la leyenda que allegados al Cervecero se contactaron con la bruja Dora, de Chascomús, quien les prometió hacer pases mágicos, plata de por medio, para que cambiar la suerte del decano del fútbol argentino.

Se le pagó la mitad cuando en forma sorpresiva en Pergamino, Douglas Haig daba cuenta de Gimnasia de Jujuy por un contundente 3 a 0, con goles de Matheu, Cuartas y Pelicchia.

Quilmes debía recibir en el viejo estadio de Guido y Sarmiento al Deportivo Morón, que merodeaba la mitad de la tabla.

El partido no pudo jugarse -era el 29 de mayo de 1994- porque inadaptados lanzaron pirotecnia y un mortero afectó la salud del zaguero del Gallito, Cuenca Zaldívar.

En los días siguiente desde Quilmes se movieron todos los hilos para evitar sanción que podría ser quita de puntos, lo que finalmente se logró en el Tribunal de Disciplina. El partido se jugó días después.

Este encuentro se jugó el 4 de junio de 1994 y correspondió a la fecha 39na. del torneo Nacional B.

EL DECANO

En el fascículo de Quilmes el decano se recuerda el episodio del 29 de mayo. Al entrar los equipos de Quilmes y Morón al estadio comenzaron a escucharse detonaciones de artículos de pirotecnia.

Desde la tribuna lateral, con hinchas de Quilmes, se lanzó un mortero de tres tiros. Dos de las cargas explosivas reventaron en el aire (como debe ser) pero la tercera retardó su detonación y lo hizo cuando venía cayendo, muy cerca del rostro del futbolista Cuenca Zaldívar, quien cayó al piso, se tomó la cabeza y se desvaneció.

Ante la situación, el árbitro Juan Bava ordenó el regreso de los 22 jugadores a la zona de los vestuarios; junto al médico de Morón, Héctor Marchetta, el de Quilmes, Fernando De Grossi y el control antidóping, Carlos López, se dirigen al camarín visitante, del que salió minutos después y anunció a la prensa que el partido no se jugaba.

En mini conferencia, el médico de Morón explicó las lesiones de Cuenca Zaldívar, aunque la situación no estuvo demasiado clara porque no se trasladó rápidamente al jugador a un centro asistencial. Se optó por una ambulancia procedente de Morón (que nunca llegó) para llevar al jugador al Instituto de Cirugía de Haedo, destino elegido desde un principio.

MEISZNER-TOSCHI

Después vino el show de los presidentes de ambos clubes. José Luis Meiszner, de Quilmes y Hugo Toschi, de Morón. Meizner se quejaba porque no lo dejaron participar de las conversaciones o colaborar y el de Morón criticaba a su par porque no se preocupó de la salud de Cuenca Zaldívar. El titular Cervecero decía que estaba todo preparado. El escribano Ernesto Natoli labró el acta.

Siguió el sainete ... y tres horas y media más tarde de la explosión del cohete, Cuenca Zaldívar era retirado en camilla del estadio. Nunca llegó la ambulancia de Morón y fue llevado en un auto particular. Tres ambulancias de Quilmes estuvieron a disposición pero el médico de Morón, Marchetta, no lo creyó necesario pese a la pérdida de conocimiento del jugador.

El Tribunal de Disciplina decidió que el partido finalmente se juegue el sábado siguiente. Se suspendió el torneo a la espera del fallo del Tribunal. Finalmente se jugó y.... ganó Morón 3 a 2, en un dramático encuentro con un penal que malogró Lalo Colombo (atajó Monasterio), que alejó definitivamente a Quilmes del título.  En la fecha siguiente Quilmes perdió 2 a 1 con Laferrere de visitante, empató con Instituto de Córdoba y con Atlético Rafaela. Se jugó un octogonal que ganó Talleres de Córdoba.

Quilmes formó con Merlo (Juan C. López); Vivas, Monzón, Velázquez, Brandt; Albornoz, De Felippe (Lescano), Roldán, Colombo; Mauricio López y Dante Fernández. DT Humberto Zuccarelli.

MORON: Monasterio; Martín Méndez, Di Marco, Raúl López, Francinella; Eduardo Gómez, Nardozza, Grana, Daniel Rodríguez (Roldán), Ferrari y Alejandro Méndez. DT Salvador Daniele.

Arbitro: Juan Bava.

Goles: 12´ Nardozza (DM); 16´ Mauricio López (Q); 21´ Dante Fernández (Q); 45´ Ferrari (DM). ST 32´ Martín Méndez (DM).

Se dijo que a raíz de la suspensión del partido no se le pagó a la bruja la otra parte y Dora manifestó su bronca asegurando que Quilmes por trece años no iba a ascender. 

Mucho de ello ocurrió con las distintas finales perdidas con Belgrano dos veces, Bánfield, Huracán, Los Andes.

En un determinado momento desde Quilmes se movieron para pedir perdón a la bruja. Un grupo de allegados viajaron a Chascomús para cumplir con la bruja, y en Chascomús se enteraron que había fallecido. Decidieron llevar flores a la tumba y pedir las respectivas disculpas.

Parece que hubo perdón porque en el 2003 el 5 de julio el equipo de Gustavo Alfaro lograba el objetivo de regresar a Primera.


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