César, un pizzero que salvó su vida milagrosamente -la bala increíblemente no lo afectó, dice- y que anuncia por Radio Quilmes (106.5) que cerrará su negocio y se irá a vivir a la Costa, un hombre de 90 años que fue muerto a los golpes en Ezpeleta, un ladrón que fue atrapado, desnudado y terriblemente castigado en la plaza Conesa, vecinos que en el barrio Los Eucaliptus, de Ezpeleta, se empoderan para defender a los vecinos y con chalecos amarillos y palos protegen a los vecinos, barrios que ponen alarmas para enfrentar la inseguridad...
Y el chico de 17 años, Lucas Iván Cancino, que fue brutalmente asesinado con una puñalada cuando iba en bicicleta al colegio, una vida truncada, y una familia que no tiene consuelo.
Son píldoras de un combo preocupante que mueven y conmueven a los vecinos de Quilmes y que ponen el acento, el énfasis en el tema de la inseguridad como una de las materias que más afecta a los vecinos del distrito.
Frente a esta realidad, que no está dibujada sino que muestra ejemplos concretos, se hace necesario que los responsables de solucionar este flagelo tomen cartas en el asunto y se pongan las pilas para que los quilmeños tengan la tranquilidad necesaria para vivir en un país, en una provincia y en un distrito que merezca ser vivido.
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