En Casa de Arte Doña Rosa, Colón 279, Quilmes, desde las 20 se pone en escena la última función de Amalfi, con las actuaciones de Patricia Santi, Jorge Godoy Zarco y Héctor Varveri, dirección de Daniela García.
La novedad es que la función de hoy será sin aforo, por lo que se podrán completar las 120 localidades que tiene la sala de la Casa.
Una gran propuesta de la obra de Enrique Papatino. Amalfi, un lugar paradisíaco de la costa italiana, encierra una analogía, porque como ha dicho el autor se trató de tomar un punto de referencia donde todo el mundo quisiera para vivir para sintetizar el objetivo de la pieza. Un pasado al que no resulta posible volver...
Ascasubi, el personaje de Jorge Godoy Zarco, vuelve de la guerra después de cinco años, cuando todos lo creían muerto. Al llegar a su casa se encuentra con que su mujer, Carmela (Patricia Santi) tiene otra pareja, Braun (Héctor Varveri).
Ahí surge el conflicto, a partir del cual se va desarrollando la historia, en que personajes van volcando sus miserias y sus angustias, cada uno encerrado en el universo inefable de la guerra.
Carmela, con una interpretación notable de Patricia Santi, expone su situación, su esperanza, sus deseos y sus broncas por el paso del tiempo y no poder coronar esa cuota de felicidad que todo ser humano busca.
El que volvió y el que aparece como pareja juegan un duelo personal, que va desplegando sus sentimientos con una final espectacular, que hace pensar que la felicidad es posible, aunque para alcanzarla hay que remarla.
Braun dice en algún momento, con su particular filosofía, que "las estaciones son suicidios del tiempo para luego resucitar" y vuelca con toda intensidad lo que significa la guerra, sus miserias, la muerte por doquier en medio de martilleo de las armas y el esquivar las balas, que a veces quedan en el cuerpo del compañero y salvan la propia vida.
Amalfi fue escrita por Papatino cuando la pandemia era inimaginable. Sin embargo, su espíritu golpea fuertemente al espectador de este tiempo, porque hace a las miserias humanas que se despiertan en estos tiempos de crisis y de angustias.
Por eso, el norte es la felicidad, como dice el autor, Amalfi, ese lugar paradisíaco en el que todos soñamos vivir. Por ende, la propuesta es salir a buscarla...
Vale la pena acercarse esta noche a Doña Rosa para vivir una experiencia notable de buen teatro, grandes interpretaciones y recibir con los brazos abiertos, más allá de la distancia social y la obligación del tapaboca, la posibilidad de que de a poco vuelva la normalidad.
Como dijo Patricia Santi tras la función, cuando se enteren de que en algún teatro quilmeño se ponga en escena Amalfi, acerquénse para vivir una experiencia artística notable.
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