EL LLANTO DE UN MEDICO DESDE LA TERAPIA EN EL PICO DE LA OLA DE LA PANDEMIA

 En una carta del lector del diario La Nación, el profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, doctor Roberto Borrone, reproduce un texto redactado por su colega Guillermo Moschino, médico terapista en una institución asistencial en Quilmes.

Dice el doctor Borrone que "se trata de un relato conmovedor de un hecho real que le tocó vivir en el pico de la segunda ola de la pandemia y que refleja en toda su dimension esa heroica batalla asistencial y emocional que se libró en las terapias intensivas.

Y aquí reproduce el texto del doctor Moschino. "Era joven y estaba embarazada. Yo era su médico en el piso de la clínica médica. La vi llegar en camilla, me reconoció enseguida, aun bajo mi equipo de protección personal, también lo hice yo al ver su rostro. Yo estaba en la cabecera de la cama 18 de terapia con un tubo endotraqueal en una mano y el laringoscopio en la otra. A ella parecía no importarle otra cosa más que el contacto visual conmigo. Yo le había contado que los fines de semana trabajaba en la terapia. Ella sabía qué venía y yo era quien realizaría el procedimiento . La pasaron de la camilla a la cama, y mientras le explicaban qué le íbamos a hacer, ella solo me miraba, me pedía con su mirada que la sacara de esa agonía, de esa sed de aire que la torturaba. Sin palabras, solo con la mirada, le dije que todo iba a estar bien. La sedamos. Con mano firme y sin perder tiempo puse un tubo en su tráquea y la conecté al respirador; verifiqué que todo anduviera bien y salí. Después, mientras me sacaba el equipo de protección, recordé su mirada que me pedía qu,e la salvara y estallé en un llanto desconsolado que me ahogó en lágrimas porque sabía que no podía hacer nada más que eso, llorar. Me tapé la cara con las manos y me dejé caer al piso y allí seguí llorando y llorando.

"Pasaron varios meses de su muerte, pero aun al recordar su mirada mis ojos vuelven a humedecer".


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