VIOLENCIA ENTRE BARRAS DEL DIABLO EN EL CENTRO DE AVELLANEDA


 En las primeras horas de la tarde de hoy hubo enfrentamientos de barras de Independiente en las cercanías de la sede del Rojo de Avellaneda, sobre la avenida Mitre, cerca de la plaza Alsina.

El club había llamado al reempadronamiento de socios y se acercaron dos facciones del club que comanda el sindicalista Hugo Moyano. Según las informaciones que se difundieron eran integrantes de la barra del conocido Loquillo contra otros de los seguidores de Bebote Alvarez.

Hubo corridas, palos, piedras, temor de los vecinos y se dice que también hubo detenciones.

Digamos que este hecho empieza a preocupar, teniendo en cuenta que desde el viernes vuelve el público a los estadios, con el aforo del 50 por ciento.

Habrá mañana en Lanús un partido por Copa Argentina entre Temperley y Talleres de Córdoba, pero con escasa concurrencia. Desde Temperley avisaron que se hizo un sorteo para que cien socios puedan estar en Lanús.

Pero el baile empieza el viernes.

Habrá que tomar medidas, porque en los últimos tiempos hubo algunos enfrentamientos de barras fuera de los estadios, como el de días pasados entre hinchas de Rácing e Independiente.

EN NEWELL´S

Hubo cambio de autoridades en Newell´s Old Boys de Rosario y ayer, después de la derrota del Rojinegro en su casa con Huracán, el Ministerio de Seguridad de Santa Fe hizo inspecciones sorpresa tanto en el club del Parque Independencia como en Arroyito, sede de Rosario Central.

En cancha de Newell´s se encontró un cuarto blindado, como si fuera un bunker de la mafia dice Infobae, que pertenecía a la barra brava rojinegra, con tres puertas de hierro forjado de alto grosor, cerraduras de alta seguridad cada una y alarmas con clave digital.

Se pidió al intendente del estadio que abriera el lugar y respondió que no tenía la llave. Se habló con la dirigencia y el nuevo presidente, Ignacio Astore, reconoció que los únicos que tenían las claves de acceso eran los barras. Se pidió la llave y un jefe de los barras, Guillermo Sosa, respon dió que no la daría.

Por eso se convocó al Grupo de Operaciones Tácticas de la policía santafesina para derribar las puertas. Dentro había bombos, banderas y demás cosas. Se puso una puerta provisoria con dos llaves, una para la policía y otra para el club.

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