PASO 2021: UNA CAMPAÑA EN MEDIO DE LA INDIFERENCIA GENERAL

 Indiferencia, desilusión, poco entusiasmo, etcétera, son algunas de las características que muestran los días previos a las PASO 2021. Quizás del 83 a nuestros días sea la campaña más pálida de los tiempos de democracia.

Es cierto que se suma la pandemia, el encierro, la escalofriante cifra de los más de 112 mil muertos y otros elementos para justificar en cierto modo el porqué de la situación.

Cierto es que las PASO son una etapa previa a lo que será finalmente la elección general del 14 de noviembre, que servirá para buscar un equilibrio en la integración de los poderes legislativos.

Hay dos coaliciones que pretenden imponer sus candidatos, el oficialismo que en la mayoría de los casos va a pleno dedo sin internas, salvo casos como el de Santa Fe donde el Frente de Todos tiene dos listas, y la oposición, Juntos por el Cambio en la Capital y Juntos en la provincia, donde sí hay listas. Y será el sistema D´Hont el que finalmente determine la integración final en base a los porcentajes que se obtengan.

Entre una y otra propuesta, de oficialismo y oposición, aparece una nueva fuerza que pretende pisar fuerte y que se podría calificar de derecha pura, que tiene en Capital el viento de fronda que sopla el inefable Milei y en la provincia, José Luis Espert.

Milei tiene enormes esperanzas en la respuesta de una juventud que no se siente representada ni por el oficialismo ni por la oposición, y que pretende dejar de lado el comentario recurrente del oficialismo (el Sí pero Macri) y de la oposición (el querer echar por tierra al kirchnerismo que está cumpliendo su cuarta edición).

Como contrapartida a esta expresión de derecha, con la jefatura de Milei, se encuentra la izquierda, que como es habitual va dividida dispuesta a armar su lista final, aunque tropezando con la siempre difícil barrera de superar el porcentaje mínimo para tener protagonismo en noviembre.

Así las cosas, las campañas parecen estar más predispuestas a los spot y sus bemoles que a la presentación de propuestas que puedan atraer al electorado.

Quizás esta campaña tenga más expresión periodística que entusiasta. Por supuesto, si se comparan estos tiempos con aquellos del 83, cuando regresaba la democracia después de la oscura noche de la dictadura, se entienden las diferencias.

Hay que tener en cuenta que estamos cerca de las cuatro décadas de democracia, un sistema que con sus defectos y virtudes sin duda es el mejor, por más que algunos sueñen con los vientos totalitarios o miren con empatía a regímenes como Rusia, Venezuela, Irán, Cuba...

Mientras se vive esta situación en la Argentina, en el vecino país, Brasil, se fortalece la grieta entre los adherentes al presidente Bolsonaro y los que aborrecen su gestión. Hoy, en el día de la independencia brasileña, los seguidores de Bolsonaro produjeron multitudinarios actos de respaldo a un presidente, que pretende destituir a la actual Corte Suprema. Ahí la democracia parece sufrir cimbronazos y eso se alimenta con una cuota de preocupación.

La democracia no está en peligro, pero necesita hoy más que nunca que los ciudadanos se acerquen el domingo a cumplir el deber cívico de las PASO y repetir, seguramente con mayor concurrencia, el 14 de noviembre.

Por último, una inquietud que tendrá respuesta el domingo es el tema del voto en blanco o la ausencia de votantes, que de ser importante se convertiría en una expresión lamentable pero real de esa desilusión e incertidumbre que se comentaba al principio de la nota.


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