MANTENGA SANA LA VISION: PATOLOGIAS OCULARES FRECUENTES EN LA INFANCIA


Seguimos publicando capítulos del programa Mantenga sana su visión, dentro de la media luna oftalmológica, que producen los clubes de Leones. 

Ahora se habla de patologías oculares frecuentes en la infancia, en esta segunda parte.

El retinoblastoma es un tumor maligno que suele aparecer durante los tres primeros años de vida. El o los ojos afectados pueden tener pérdidas visuales y las pupilas se vuelven de color blanco. Es el tumor intraocular primario más frecuente en la infancia y supone un 1-3 por ciento de todos los tumores pediátricos. 

Su diagnóstico y tratamiento precoz son fundamentales para la supervivencia ym pueden permitir conservar una visión útil en uno o ambos ojos, mientras que el no tratamiento resulta invariablemente fatal.

El glaucoma congénito es una afección muy poco frecuente en los lactantes y puede ser de origen hereditario. Está provocada por una elevada presión ocular debida al desarrollo incorrecto d elos conductos de drenaje ocular antes de nacer. La tendencia es a ser bilateral en el 75% de los casos y más frecuente en el sexo masculino. Se puede tratar con medicamentos o más frecuentemente mediante cirugía.

El daltonismo, también conocido como deficiencioa o ceguera al color, ocurre cuando los colores no pueden ser vistos de manera normal y generalmenbte se presenta como confusión de un par de tonalidades de color (verdes y rojos con más frecuencia).

Las cataratas infantiles son la causa principal de visión disminuida y ceguera en los niños. Es una opacidad blanquecina, parcial o total, localizada a nivel del cristalino. Las cataratas congénitas bilaterales a menudo se heredan, y pueden asociarse con enfermedades sistémicas. La mayoría de los autores están de acuerdo en que, las cataratas congénitas unilaterales o bilaterales visualmente significativas, deben quitarse y corregirse la afaquía lo más pronto posible, con lo cual se puede conseguir una muy buena agudeza visual.

El lagrimeo es uno de los motivos más frecuentes de consulta al pediatra y al oftamólogo. Una vez descartadas patologías como glaucoma congénito, queratitis, conjuntivitis, etcétera, qu,e pueden explicar el lagrimeo, será  necesario explorar la vía lagrimal para instaurar el tratamiento adecuado. El 90% de los casos de obstrucción lagrimal congénita se soluciona espontáneamente durante los seis primeros meses de vida. Si no se soluciona se debe realizar un sondaje de la vía lagrimal, y de no solucionares el problema, se tendrá que recurrir a la cirugía.

El diagnóstico y el tratamiento precoz garantizan un muyu buen pronóstico.

La leucocoria es un signo clínico que consiste en la presencia de una pupila blanquecina. Puede asociarse este hallazgo a múltiples procesos, entre los que se destacan, por su frecuencia: las cataratas congénitas, tumores malignos como el retinoblastoma, retinopatía del prematuro, etcétera. En cada caso habrá que actuar de una forma más o menos invasiva, es fundamental el diagnóstico lo más precoz posible y es de gran ayuda las pruebas de imagen.

Como siempre se advierte que esta información no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico o elegir un tratamiento.

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