DESPUES DE LAS PASO, LLEGA LA FERIA DE LAS OFERTAS

 Las PASO -Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias- quedaron atrás y si bien ocurrieron hace hoy once días pareciera que ocurrieron mucho más tiempo atrás.

Pero en esta Argentina los días tienen la particularidad de convertirse en una sucesión de acontecimientos, donde un hecho deja afuera a otro y así sucesivamente.

En el ámbito político la derrota del oficialismo produjo un cimbronazo y en estos días se están viviendo los coletazos de ese resultado.

Porque tras la crisis que enfrentó al presidente con la vice, en realidad al elegido con su electora, con una síntesis que sonó a acuerdo pírrico, llegó el brutal cambio de gabinete, con una vuelta atrás en materia política con nuevos viejos ministros que llegaron  para peronizar, si se puede, la política oficial y fundamentalmente, para tratar de recuperar el tiempo perdido con votos que el 14 de noviembre acerquen las cifras.

Por eso no extraña que después de las PASO haya llegado lo que podríamos llamar feria de las ofertas, con una distribución de recursos por doquier en todos los ámbitos y posibilidades, con algunos viejos pecados de aquel primer peronismo, como intentar cambiar votos por bicicletas  (en Avellaneda lo encabeza la esposa del ministro Ferraresi y se llama "Tu primera bici"), también electrodomésticos, zapatillas, planes, subsidios, créditos blandos, bonos para los jubilados, modificación del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y cuanta posibilidad de repartir haya por doquier. 

El periodista Luis Otero, quien fue en su momento candidato a intendente de Avellaneda, repudió el mecanismo que se está aplicando en su distrito desde el oficialismo y señaló por La Nación+ que sería subestimar al pueblo de Avellaneda si se pretende cambiar votos por prebendas (léase bicicletas) o incluso zapatillas con el logo de la Municipalidad.

Frente a esta situación, alguien se sinceró a la hora de leer lo que está pasando, como el ex ministro de Salud bonaerense y futuro diputado nacional, Daniel Gollán, quien dijo con desparpajo que si se hubiera repartido más platita en el bolsillo de los argentinos seguramente la famosa foto de la fiesta de Olivos, con el cumpleaños de la primera dama, no hubiera provocado tanto shock en los votantes. Curiosa reflexión que suena a subestimar al que vota. 

Gollán debiera entender que cuando el soberano, pueblo, vota tiene en cuenta todos los factores determinante  y en este caso el combo es impresionante, con casi 115 mil muertos, un manejo de la pandemia deplorable, el encierro eterno, la caída de puestos de trabajo, el cierre de comercios y Pymes, el desprecio por la vida de los argentinos, incluso al secuestrar las piedras de la plaza de Mayo, los vacunados VIP.... y siguen los elementos para justificar el resultado final.

El 14 de noviembre se verá si esta "lluvia" de beneficios que el gobierno sigue sumando por doquier va a rematar en un cambio de decisiones o si el soberano no se dejará llevar por estas seducciones y votará con la razón, el corazón, la inteligencia y el sentido común.


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