ANTES DEL 94, HOY ERA EL CIERRE DE LAS SESIONES PARLAMENTARIAS


 El 30 de Setiembre era un día especial en el Congreso, al menos hasta el año 1994, cuando se sancionó la reforma de la Constitución Nacional. Porque era el cierre de las sesiones ordinarias de ambas Cámaras.

La reforma constitucional, que se aprobó en Santa Fe, luego de intensas deliberaciones, determinó que la nueva fecha de cierre de sesiones ordinarias es el 30 de noviembre.

Ese 30 de setiembre -ahora de noviembre- se destacaba porque los legisladores corrían contra reloj para sancionar iniciativas y a la intensidad del día se le agregaba la multiplicación de proyectos de ley, de resolución y de declaración para que antes de que den las 12 de la noche sean aprobados.

Hoy, sin embargo, el Congreso no recuerda esta situación, movido y conmovido por un año electoral que seguramente va a quedar en la historia para siempre.

El Parlamento está parado, con muy pocas sesiones en el año y ahora con la discusión de la presencialidad o la virtualidad. Cuando la pandemia parece haber caído definitivamente, con la apertura de cuanta actividad se nos ocurra, todavía el Congreso discute si se puede realizar sesiones presenciales o virtuales. En el Senado, fundamentalmente la discusión adquirió ribetes importantes porque el oficialismo sigue embarrando la cancha y continua poniendo trabas al deseo de la oposición de apostar a la presencialidad.

Estamos a 45 días de una fecha que podría catalogarse como Día D de la democracia argentina, como son las elecciones generales en el país, que van a definir, después del resultado de las PASO, el camino que tomará una Argentina especial, con un oficialismo que apuesta todas las cartas a ganar los comicios y revertir la derrota del 12 de setiembre, para lo cual sigue sumando dádivas, regalos, subsidios, permisos, jubilaciones, bicicletas, tablets, etcétera.

SENADO

Esta tarde se conoció que la vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, Cristina Kirchner, decidió que desde la semana próxima las sesiones del Cuerpo serán presenciales. Sin duda, una buena nueva para la Cámara Alta, que necesita que sus legisladores asistan al recinto, con excepción  de la virtualidad para los que tengan alguna comorbilidad o problema de salud.

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