La capital francesa, más allá de la torre Eiffel, los Champs Elysees, el Arco del Triunfo, los artistas como las voces de Edif Piaf, Charles Aznavour -aunque nació en Armenia-, Maurice Chevalier, Gilbert Becaud, Yves Montand, por citar algunos, los actores como Brigitte Bardot, Catherine Deneuve, Jean Paul Belmondo, Gerard Depardieu...
Francia nos remite a la historia que tuvo su epicentro en aquel 14 de julio de 1789, con la Revolución que cambió el rumbo de la humanidad, bajo el lema de libertad, fraternidad, igualdad...
Y que muchos años después sacudió al mundo con el Mayo Francés, ese 1968 con Cohn Bendit y la imaginación al poder.
Todo eso se viene a la mente e inunda las imágenes que se suman a la obra de María Rizzo.
No podría faltar el tango, Canaro en París, Gardel -con la duda de si nació en Toulouse o no- el Folies Bergere, el Lido, el Museo del Louvre, el Palacio de Versailles... y se podrían seguir mostrando imágenes de una ciudad que en su momento deslumbró a la clase argentina que miraba al país galo con devoción.
Si hasta el cordobés de Cruz del Eje, Mario González, encontró su destino y su verdadera vocación musical en la capital francesa con el nombre de Jairo, y hoy tiene un hijo que es concejal en esa ciudad.
Todos los caminos hoy conducen a París, Lionel Messi mediante. Nos conmueven las imágenes de las tiendas deportivas produciendo y vendiendo ropa y camisetas por doquier, saturando el mercado y sosteniendo la Messimanía en Messilandia.
En fin, en nuestro país seguimos buscando un destino que nos haga felices. Mientras, el caso Messi nos hace pensar que así como hemos tenido cinco premios Nobel, y muchos representantes de todos los ítems que se han destacado en distintos lugares del mundo, también podemos sacudir al mundo con el fútbol en este caso, ayer Maradona, hoy Lionel... Y por supuesto no dejar afuera a Julio Cortázar, Julio Le Parc, y hoy más que nunca el papa Francisco, el Bergoglio que aquel 13 de marzo de 2013 sacudió el corazón de todos los argentinos cuando el periodista Julio Bazzán, frente a la resolución de la fumata, exclamó sorprendido como un chico frente al truco de un mago:...!Bergoglio....!!
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