Bernal está de cumpleaños. Como todos los 29 de agosto, con la fiesta de la patrona, Nuestra Señora de la Guardia, se celebra el día de la importante ciudad del distrito de Quilmes.
Hoy la pandemia y los protocolos no han permitido que como todos los años se realicen los tradicionales fogones en las calles 9 de Julio y Belgrano.
De todas maneras el festejo está en el corazón de los bernalenses y de los quilmeños, más allá de las circunstancias que se viven en el país y en el mundo.
ALGO DE HISTORIA
A la hora de referir algunos hitos históricos de la ciudad de Bernal, vale mencionar la vieja casona de Zapiola y Dorrego, que perteneció a la familia Bagley (el creador de las famosas galletitas y de la histórica Hesperidina). Una casa que fue vendida al ingeniero De Marchi, cuñado de la hija del general Julio Argentino Roca. Dicen que el general solía asistir a esa casa para visitar a su familia.
Don Félix Bernal -tal el nombre de la ciudad- donó las tierras para la instalación de la estación del ferrocarril.
En su momento se instaló en Bernal la querida Universidad Nacional de Quilmes, hoy orgullo para la ciudad y el distrito, con sede en la calle Sáenz Peña.
Otro lugar histórico está en la calle Roca con la casona de Santa Coloma. Su dueño era un histórico vizcaíno y cabildante de Buenos Aires.
También Bernal contó con la visita de Guillermo Marconi. Un ingeniero electricista italiano, que desarrolló un dispositivo de propagar una señal radioeléctrica a través del éter (y detectarla).
Viajó a Buenos Aires en el vapor Aragón y en octubre llegaron los equipos. En Bernal, Marconi estableció la Marconi Wireless Telegraph. Se instaló en Bernal en setiembre de 1910 y continuó su labor hasta octubre.
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