TERCER TIEMPO: EL FUTBOL LE DA PELOTA A LA REFLEXION


 Por Eduardo Menescaldi

En el pos partido, cuando se habían terminado los festejos y la Copa América tenía los colores albicelestes, llamó la atención una imagen que emitió TyC Sports.

Una especie de tercer tiempo -quienes cultivan el rugby o el hockey saben de qué se trata, es decir, lo que pasa después de los encuentros de estos deportes- se mostraba. Con la imagen de espaldas, estaban sentados en un lugar del mítico Maracaná, Lionel Messi, Neymar y Leandro Paredes.

Messi y Neymar fueron compañeros en el Barcelona, el brasileño y Paredes son compañeros en el PSG, de Francia.

Charlaban distentidos, se cruzarían anécdotas, sentimientos, alguna sonrisa -eso después de los festejos de los jugadores argentinos y de la tristeza de los brasileños, incluídas las lágrimas de Neymar- y eso parecía un encuentro de egresados, todos amantes de ese vínculo universal, la pelota, tan redonda como la Tierra. Chicos conversando...como en el barrio o en el club.

La selección argentina le dio ayer al país una enorme alegría, esa que lamentablemente estaba bastante alejada en los últimos tiempos, fundamentalmente en el fútbol, por las finales perdidas en Copa América y Copa del Mundo (años 2014 a 2016), y que en el caso de la Copa América a nivel título no se daba desde hacía 28 años.

Frente a la imagen de estos tres futbolistas, dejando de lado grietas y expresiones de marketing, vale la pena volver a la realidad y dar rienda suelta a la reflexión.

Esta inyección de alegría, curiosa metáfora, se da en medio de una pandemia, con vacunas que se han ido dilatando y que ahora parecen comenzar a acelerar su aplicación, sin por ello dejar de señalar la lamentable realidad de los cien mil muertos que están a pocos días de llegar.

En un año electoral, con oficialismo y oposición, con una República que necesita más que nunca buena gente desde los que mandan, sería bueno que esa imagen de "tercer tiempo" que dejaron Messi, Neymar, Paredes sirva para que de hoy en adelante gobierne el sentido común, donde la República esté por encima de la mezquindad de cualquier interés personal. 

En síntesis, la alegría de ayer, hoy y mañana, que solo el fútbol pudo conjugar con esta selección es un buen aliciente para que todos entiendan que el país está por encima de todo.

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