Fueron casi siete horas en que no funcionó el ferrocarril General Roca, por lo que en estos momentos en que volvió a moverse el servicio la estación Constitución se ha constituido en un auténtico caos. Porque hay una multitud, esperando el tren y por supuesto la capacidad de los vagones no alcanza ni por asomo a albergar a todos los que quieren viajar.
Si bien la gran mayoría de los usuarios utilizan el barbijo, en el marco de los protocolos previstos, la realidad, que es la única verdad, nos dice que viajan todos extremadamente apretados.
Recordemos que trabajadores tercerizados, echados en su momento, protestaron reclamando ser reincorporados y ante la no respuesta positiva de la empresa decidieron cortar las vías a la altura de Avellaneda. Y después de casi siete horas sin servicios, se entenderá lo que en estos momentos vive Constitución. Hasta hace minutos la estación estaba cerrada, la gente con su presión tiró abajo las rejas e invadió la estación, lo que obligó a acelerar la vuelta de los servicios.
Hoy la bronca se multiplicó miles de veces en esta gente que al vover de su trabajo se encontró con este cuello de botella.
El hall central de Constitución alberga ahora a una multitud...
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