Acaba de fallecer Carlos Alberto Reutemann, el popular Lole, uno de los más destacados pilotos de Fórmula Uno que dio la Argentina, comparable con el quíntupe campeón mundial Juan Manuel Fangio.
Nació y murió en su querida Santa Fe. Desde allí fue desarrollando una exitosa carrera como piloto de autos, así llegó a la Fórmula Uno, círculo en el que desplegó todo su talento y llegó a ser número dos en el mundo.
Cuando dejó los autos incursionó en la política, llevado por el entonces presidente de los argentinos, Carlos Menem.
Fue gobernador de Santa Fe en dos periodos, y senador de la nación, cargo que ocupaba cuando se le cruzó la muerte.
Quedó para la historia el gran misterio de una expresión que nunca quiso explicar.
En el 2001 con la crisis que vivió el país, quien finalmente fue presidente, el doctor Eduardo Duhalde, lo propuso para el máximo cargo de la Argentina. Tenía consenso, seguramente habría llegado si se postulaba, pero dijo no y agregó que había visto algo que no le había gustado.
Se tejieron múltiples conjeturas para desentrañar los motivos de Reutemann, pero todas quedaron en ese ámbito.
Algunos dijeron que en la intimidad confesaba que no estaba preparado para esta carrera, después de haber corrido a 300 kilómetros por hora. Pero la duda se la llevó a la tumba.
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