Los chicos de Boca Juniors abrazaron como una hazaña el empate sin goles con Bánfield en el estadio de El Taladro.
Los presagios hacían suponer que el local no tendría problemas en superar a un Boca, por el tema de no haber recibido autorización para jugar con titulares y mantener el aislamiento, tras regresar de Brasil.
Boca debió improvisar un elenco con chicos de tercera y cuarta, dirigidos por Sebastián Bataglia, muchos habían jugado también ayer el partido de reserva (vencieron a Bánfield 3 a 1).
Pero estos chicos boquenses inflaron el pecho, pusieron una resistencia increíble y si bien terminaron agarrotados, algunos lesionados, supieron y pudieron mantener el empate.
El próximo martes estos chicos, por lo menos los que estén en condiciones, tendrán un nuevo examen frente a San Lorenzo en la Bombonera.
Una lección para el club de la ribera -su vicepresidente, Juan Ramón Riquelme, estuvo en Bánfield- que se quejó por la decisión del Ministerio de Salud y de la Liga Profesional de no permitir que jueguen los titulares (por el tema del aislamiento).
Porque hasta se estuvo analizando la posibilidad de no presentarse en la ocasión. Finalmente predominó el sentido común, se expuso a los chicos a una prueba enorme y salieron airosos. Quizás el rival favoreció las pobilidades, de todas maneras la lección a tener en cuenta es que frente a la adversidad hay que asumir la responsabilidad, como estos chicos y enfrentarla con la altura de pibes que hoy se transformaron en superhéroes.
Y en todo caso, una inversión a futuro que con el tiempo podrá ser bien administrada y servirá para capitalizar a un plantel de chicos que hoy más que nunca merecen el aplauso de pie.
Comentarios