En tiempos electorales todo vale, hasta transformar a los políticos en comentadores de la realidad, y en el caso del oficialismo algo muy habitual: echar las culpas a los otros y hacerse poco cargo de sus responsabilidades.
Si bien dijo que "vamos a tener que hacernos cargo..." el remate fue que "cuando toda esta pesadilla termine van.a tener que rendir cuentas, sobre todo quienes prefirieron atender a los encuestadores y no a los epidemiólogos".
Será la gran incógnita saber qué va a pasar en setiembre y noviembre cuando se den las PASO y las generales de estas elecciones de medio término.
Hoy las cifras de muertos son lamentables, ya superando los 80 mil argentinos que fallecieron por COVID 19, y debería ser el oficialismo el que asuma su responsabilidad y no traspasarlo a la oposición. Sin embargo, este Cafiero, más oficialista que nunca, aparece llamando la atención a los otros.
Las elecciones serán una gran prueba para saber si el ciudadano común, el que decide los resultados porque los que están con el gobierno o contra él difícilmente cambien su voto, se deja llevar por la posición de los que mandan, sobre todo si crece en forma notable la cantidad de vacunados o si prefiere a la oposición y sus críticas a la débil política sanitaria aplicada con resultados lamentables.
Digamos que lo que dijo Cafiero fue en el marco de un precepto constitucional de rendir cuentas ante el Congreso, debiendo presentarse una vez por mes en cada Cámara.
En esta oportunidad fue ante el Senado, y en la grilla hubo más de mil preguntas para contestar.
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