MOLINA, EN FAMILIA, LAS PALABRAS FINALES PARA NUEVAS CONVERSACIONES


 El cierre del libro Futuro con Futuro, Justo y Verde, mueve al autor, Martiniano Molina a instalarse en la casa de la infancia y lo aprendido, que le ha servido para soñar con un mundo sustentable.

Comienza diciendo que en casa con los hermanos realizaban tareas domésticas, previamente asignadas y consensuadas,

Este aprendizaje se debió a la enseñanza paterna. "Me acuerdo que si había que pintar la casa o arreglar el flotante del tanque de agua o algún problema con el gas, entre todos nos poníamos a hacerlo con alegdría y sabiendo que concluida la tarea, la recompensa iba a ser enorme. Y no me refiero a ningún sentido económico o materiala, todo se reducía a la satisfacción plena por la tarea realizada.

Habla de la colaboración en el negocio de sus padres, una reconocida farmacia quilmeña. "Esa farmacia fue una de las primeras en Quilmes, zona sur del conurbano, en promover medicamenteos homeopáticos, antroposóficos, flores de Bach, de California y otros productos naturales, como así también, alimentos saludables y/u orgánicos y bibliografía vinculada a distintas alternativas, tanto en la medicina, la alimentación y la educación. Este enorme faro de luz y conciencai, creado por mis precursores y osados padres, tuvo durante más de 40 años, una enorme persona y profesional a cargo de la conducción: Elsa Ceferina Volpe, una mujer maravillosa, portadora de una visión de la vida y del mundo, absolutamente clara, holística y responsable. A mis viejos les debo este camino y deseo homenajear a "La Volpe", a doce años de haber nacido a una nueva vida.

En cuanto a su padre, destacó su trayectoria política y subrayó que venia de un hogar "en el que siempre se habló de política.

"Mi interés por la educación, la salud, la alimentación saludable y la política fue transmitida por mi familia.

Martiniano cuenta que junto a sus hermanos se interesó por la Antroposofía -ciencia que relaciona el ámbito espiritual universal con las espiritualidades humanas. "Para eso leí a Rudolf Steiner ym otros autores que me propusieron una visión distinta de la vida y del mundo. Un enfoque muy diferente al convenciaonal, y profundamente humano".

En este capítulo interior y familiar habla de sus abuelos Diego y Donata, quienes vivían en Balcarce, en una zona rural, años después se trasladaron a una zona más céntrica. 

Martiniano dice que su casa en la ribera quilmeña, donde vive junto a su esposa Ileana, y sus hijos, Federica y Pedro, también Violeta, "fue diseñada y construida totalmente por mis manos, con la invalorable ayuda de mis amigos que colaboraron para poder plasmar este hermoso sueño: crear "tu" propio hogar. Utilicé materiales reciclados, aberturas antiguas, maderas de pallets, cañas, chapa, hierros viejos, etcétera. Demostrando que es posible construir tu casa a bajísimo costo económico y ambiental, pero con una altísima satisfacción. Desde hace más de quince años que hago mi propia huerta, realizo mi compost, separo la basura, compro a productores que trabajan responsablemente para con la tierra y nuestra salud. 

 Cuenta en estas páginas el autor que cuando trabajaba por televisión y enseñaba a cocinar "con importante medición de rating, sentí un vacío interior. Escuché ese llamado que se venía manifestando desde mi infancia y comencé a profundizarlo. 

Dice que desde el año 2000 comenzó a involucrafrse en proyectos sociales y acompañar solidariamente diversas instituciones, fundaciones y grupos de personas con inquietudes sociales y ambientales de nuestro país y el exterior.

SOLO 150 RECETAS

Dice que solo 150 recetas bastan y sobran para toda la vida. "Sabiendo cómo se hace un guiso se sabrá cómo hacer todos los guisos. Es solo cuestión de creatividad y voluntad. 

Agrega que el acto de alimentarse requiere cuatro acciones fundamentales: conocer, comprar, cocinar y comer.  A eso le agrega conciencia y cooperación. Sin conciencia no se avanza responsablemente y sin verdadera cooperación entre todos, será imposible lograr el enorme desafío.

Habla de la importancia de las huertas en los domicilios. Eso le sirve para destacar y llamar a artistas, deportistas, conductores, filosófos, periodistas, pensadores, etcétera, para que ayuden a dar fuera a un movimiento en este sentido.

"A los dirigentes políticos nos toca llevar adelante programas de acciones "verdes" no por la moda o especulaciones electorales, sino para proponer soluciones verdaderas, asumiendo el compromiso con una sustentabilidad profunda y cabal, especialmente en las ciudades. Porque el 60% de la población mundial vive en ciudades. En la Argentina ese número asciende al 90%. Y esto sigue en aumento".

Martiniano habla de agenda verde, referida no solo a alimentos y residuos. "La agenda debe abarcar otros temas claves para la sustentabilidad como la reducción de la contaminación, movilidad sustentabilidad, las energías renovables, la educación, la salud de los ciudadanos, los espacios públicos, los empleos verdes, desde una visión transversal e integral".

Por último menciona casos de personajes mundiales que han puesto en el tapete la cuestión del desafío de mejorar la salud del planeta.

Entre las mujeres defensoreas de la naturaleza habla de Jane DGoodall, quien investigó y dio a conocer el mundo de los chimpancés cuando ella solo tenía 23 años. Dice que con su compromiso y sus acciones, cambió el curso de la ciencia y la conservación.

La activista y bióloga Wangari Maathai, promovió el Movimiento Cinturón Verde, proyecto por el que se plantaron miles de árboles en Kenia, fue apodada Mujer árbol. Logró el premio Nobel de la Paz en 2004.

Berta Cáceres, ecologista, feminista y defensora de los derfechos de los indígenas, ganadora del premio Medioambiental Goldman en 2015. Organizó al pueblo lenca, la mayor etnia indígena de Honduras en su oposición a la construcción de la represa de Agua Zarcay. Fue asesinada en medio de la lucha contrqa el Proyecto.

También subraya a la sueca Greta Thunberg, quien a los 14 años, en  2018, cuando era estudiante secundaria y comenzó su huelga de protesta en la entrada al parlamento sueco, en contra de la falta de acciones y verdaderos compromisos frente al cambio climático, inspiró y movilizó a cientos de jóvenes en un movimiento de características globales.

Martiniano tiene un acápite Faros de luz, donde dice que en su caso no puede dejar de reconocer la orientación y la inspiración de quienes nombra: Fernando Valladares, Joan Melé,Christian Tiscornia. 

Hugo y Susana, creadoes de la Fundación Camino Abierto, en la localidad de Carlos Keen, Irmina Kleiner y Remo Venica de Naturaleza Viva, Edith Grynszpanchole, creadora de Fundación Flexer, mamá de Natalí Dafne. Edith sufrió la pérdida de su hija por un cáncer infantil. Eso la inspiró y desde 1995 se dedica a acompañar a las familias de chicos que atraviesan esta dolorosa enfermedad.

"Quería mencionar a estas personas que conozco y que afortunadamente seguiré conociendo, pero no podía dejar de mencionar a estos Faros de luz quienes con sus conciencias, espíritu de solidaridad y tremenda fuerza de voluntad, iluminaron y siguen iluminando mi camino y el de otros tantos. A la presencia de todos ellos, en mi vida, les debo la inspiración para escribir este libro".

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