LAS DOS AVENIDAS DE LA PANDEMIA ETERNA EN LA ARGENTINA


 Nos acercamos el domingo, justamente en coincidencia con el Día del Padre, a los quince meses de la pandemia eterna que se vive en la Argentina.

En todos estos meses el pueblo argentino ha vivido distintas instancias, que comenzaron con el encierro colectivo y el estricto cumplimiento de los protocolos.

Con el paso del tiempo la cuestión se fue relajando un poco, porque empezó a pesar el hartazgo y sobre todo las distintas maneras de encarar las cosas, según se tratara de la provincia o de la Ciudad de Buenos Aires.

El tema escolar fue uno de los que más golpeó porque las clases presenciales se cambiaron por virtuales con todos los problemas que la situación generaba. En la Ciudad se recurrió a la vía judicial y al final se logró el aval de la Suprema Corte para defender las clases presenciales.

Durante mucho tiempo existieron estas diferencias, con el argumento de la provincia de Buenos Aires de los problemas que provocaba el virus en casos de contagios y fallecidos.

Desde la Ciudad se respondía que las clases presenciales no afectaban los casos, lo cual recibía como respuesta el repudio de los funcionarios de la provincia.

Pero, un buen día, encuestas mediante, desde la Provincia se decidió volver a las clases presenciales, sorprendiendo a todos porque no era ese el mensaje que se venía dando. En todo caso, las encuestas pusieron el alerta en el oficialismo y se terminó por dar el brazo a torcer.

Hoy están las clases presenciales vigentes y los casos han crecido en forma notoria, lo cual no parece justificar la medida que se adoptó antes y que ahora se revirtió porque parece ser que las clases presenciales no contagian.

La pandemia ha mostrado las distintas avenidas que se circulan en estos tiempos, porque evidentemente hay dos maneras de enfrentarla, de la misma forma en que la República enfrenta un futuro que mueve y conmueve.

El economista Melconián ha dicho que los próximos comicios de medio término son los más importantes del país desde la vuelta de la democracia. Porque en definitiva se va a decidir el destino de la Argentina. Es decir, si el votante elige ser amigos de Venezuela, Irán, Rusia, Cuba o Nicaragua o si se prefiere la libertad como principal pilar de la República.

El gobierno habla de la buena manera de enfrentar la pandemia con la vacunación, pero parece no inmutarse cuando las cifras de muertos nos ponen en el peor lugar entre los países del mundo. Y cuando lleguen las elecciones seguramente se habrán sumado, lamentablemente, los 100 mil muertos que tanto preocupaban a Alberto Fernández. 

Vale recordar que el presidente de la Nación  alguna vez dijo que prefería un 10% más de pobres antes que tener que soportar 100 mil muertos como mochila. Estamos cerca de los 90 mil y con una cifra, humilde, de 400 por día -ayer fueron más de 600- tendremos ese patético número en algo más de un mes.

Hay dos avenidas que circulan en esta pandemia argentina. El golpe a la economía, la salud quebrada y la falta de estructura sanitaria, etcétera son algunos datos de esta realidad que preocupa.

Cuando la vicepresidenta habla de un sistema de salud integrado, provocando preocupación por doquier, parece olvidar que tanto ella como su entorno y sus funcionarios se atienden en los nosocomios privados. Aquello de que haz lo que digo pero no lo hago...

En fin, la Argentina es un barco que se mueve en aguas encrespadas y que necesita capitanes capaces de llevar a la tripulación a un buen puerto. Todos tienen que navegar en la misma senda y como hoy dijo el presidente hay que terminar con los debates estériles. Sería bueno que se lo acerque a sus funcionarios que se la pasan criticando a la oposición y poco hacen por esa soñada unidad de un país que merezca ser vivido. 

(Por Luis Melián).

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