LA MUSICA, UN INSTRUMENTO PARA ALIVIAR LA SALUD DE LOS CHICOS

                                        Profesor Manuel Jardón


El profesor de historia, especialista en política y programas sociales Manuel Jardón envió una carta de lector al diario Clarín en la que confiesa que utiliza la música para sus clases virtuales en estos tiempos de encierro y pandemia.

En ese sentido menciona que días atrás UNICEF Argentina presentó el Estudio sobre los efectos en la salud mental de niños, niñas y adolescentes por Covid 19, realizado junto a la Universidad de Lanús e Intercambios Asociación Civil.

El estudio dice qu,e el impacto en la subjetividad de las personas fue intenso, su llegada fue imprevista, abrupta y promovió cambios en la vida de todos y todas, especialmente en la de niños, niñas y adolescentes.

Se agrega que el citado informe de UNICEF señala que entre los niños y niñas de 3 a 12 años se observan expresiones de malestares subjetivos que no constituyen patologías en sí mismas ni trastornos en salud mental. "Los y las referentes manifestaron que se encuentran más irritables, de mal humor, enojados, fastidiosos y más intolerantes".

El impacto en la salud mental de los niños y niñas fue menor gracias a que la capaciddad de jugar les permitió elaborar y simbolizar lo incierto y potencialmente traumático de la pandemia, como formas de protección de la salud mental... Al jugar se apropian de la realidad,la comprenden y le confieren nuevos sentidos.

Agrega el profesor Jardón que es un dato no menor para atender el déficit habitacional: 4 de cada 10 niños y niñas relevados no tenían espacios diferenciados para poder jugar en sus casas, fundamentales para poder lograr intimidad y autonomía.

"En los y las adolescentes los datos son más duros. Interrumpida la socialización, un 47% indica que utiliza la pantalla y redes sociales para relacionarse con sus pares -marcando una amplia brecha en el acceso a la tecnología e internet entre grupos sociales- aunque aspiran volver a las relaciones presenciales.

Además (el informe) señala que la extensión de la pandemia denota un creciente agotamienteo y una menor capacidad de adaptación, como así también genera dificultades para procesar simbólicamente lo que ocurrió.

"Altibajos emocionales, desgano, enojo, irritabilidad, angustia y resignación, soledad, tristeza, ansiedad, son algunas de las formas en que los y las adolescentes se expresan ante la pandemia. Además la angustia se puede vincular también con las privaciones materiales que sufren y que se profundizaron  con la pandemia".

Dice el profesor que "el estudio deja en evidencia la necesidad de la contijnuidad pedagóica ym la vinculación escolar, porque tiene un impacto emocional, destaca la importancia de la mediación adulta -en muchos casos ausentes en el hogar- y revaloriza la presencia de los y las docentes. Vale tener en cuentea que, según el informe, los adolescentes sienten que no son escuchados, que no tienen voz y reclaman mayor participación y protagonismo.

Aquí el profesor se pregunta qué se debe hacer. "La síntesis sería: democratizar los espacios, darles protagonismo y propiciar escenarios de diálogo y escucha.

"Para concluir, el estudio realizar varias recomendaciones para el cuidado de la salud mental de las niñas, niños y adolescentes en distintos ámbitos, puntualmente en el sistema educativo: garantizar espacios de participación para que sean escuchados y comprendidos, implementar estrategias que las ayuden a simbolizar la situación de la pandemia, sostener la dimensión socioafectiva de los procesos de enseñanza en las actividades sincrónicas virtuales, entre varias otras.

CON MUSICA

El profesor explica ahora por qué abre y cierra las clases con música."Porque me ayuda a crear empatía con los y las estudiantes. Me acerca desde otro lado, más allá de las explicaciones sobre el Paleolítico superior, por señalar alguno de los temas que trabajamos. La música sirve como un disparador, como una lluvia de ideas, qu,e puedan ir asociando a las expresiones artísticas de ese Paleolítico, or ejemple. Me permite invitarlos a hablar, que pierdan la timidez, que discutan sobre gustos y estilos musicales, que debatan, opinen y se escuchen.

"No hay recetas únicas, la salud mental de nuestros niños, niñas y adolescentes nos interpela y desafía a mejorar cada día, porque aunque a veces los adultos no nos demos cuentea, les hacemos falta". 

En síntesis, un buen método del profe para que la virtualidad de las clases no se transforme en un hábito desprovisto de sentimientos y para que los chicos disfruten de esos momentos.

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