Cosas curiosas suceden en estos tiempos de pandemia y una de ellas son las expresiones de la joven diputada nacional Ana Gaillard, del Frente de Todos, por la provincia de Entre Ríos.
En la reunión conjunta de las comisiones de Salud Pública y Legislación General, en que se trató el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo que otorga superpoderes al presidente para tratar la pandemia, sorprendió la legisladora cuando le pidió a la oposición que no hable de republicanismo, que lo deje de lado y ponga su esfuerzo para dar herramientas al oficialismo para afrontar la pandemia.
Vale recurrir entonces a la definición de republicanismo, para considerar estas expresiones. Republicanismo es apostar por el sistema republicano de gobierno, un sistema en el que prevalece la República como cosa pública y no el predominio de una determinada clase social o elite.
No entiende la joven diputada que la República precisamente funciona con la división de poderes, donde cada cual debe cumplir su rol.
Si alguna vez se quiso hacer imponer la salud por la economía, la realidad demostró que no fue positiva la decisión porque los más de 83 mil muertos dicen a las claras que la fórmula no fue efectiva, y la economía sufrió las consecuencias.
La diputada pide apostar a la salud y dejar de lado el republicanismo y no se da cuenta que por haber manejado mal el tema sanitario tenemos récord de muertos y contagios. Y la legisladora le dice a la oposición que defiendan la salud por encima de todo, cuando la fórmula debiera ser ensamblar los dos temas y buscar las mejores soluciones. Lo ideal sería que se buscara esa solución con un gran acuerdo de oficialismo y oposición, que será la mejor manera de cultivar el republicanismo y defender la salud de los argentinos.
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