DIA DEL PERIODISTA: RECUERDOS DE LAS PAGINAS SUELTAS...




(Por Eduardo Menescaldi)


En mi libro Páginas sueltas, Quilmes, el Congreso y algo más...  publicado en el 2000 hay un capítulo referido exclusivamente al Periodismo, con el título Una profesión.

En el día del periodista, vale recordar lo que decía ese capítulo.

"El periodismo del siglo XXI tiene sus bemoles. El profesor y doctor Nelson Castro dice que hay que estar listos para enfrentar al poder. Así señala que el objetivo del periodista es contar los hechos que ocurren en una comunidad, cualquiera sea su dimensión. Esto bien vale remarcarlo porque algunos podrán decir que trabajar en un diario local es una tarea menor. Sin embargo, la realidad determina que cualquiera sea la dimensión de la comunidad, lo que se realiza es muy importante, porque el reconocimiento llegará en la medida en que se cuente al lector lo que realmente pasa.

"La gente no come vidrio,  menos en estos tiempos de tanta cibernática y comunicación. Lógicamente, como también dice el doctor Castro, la misión del periodista es informar y formar. Fundamentalmente, la primera, porque la segunda dependerá de los  kilómetros recorridos por el profesional, para tener autoridad a fin  de atreverse a formar.

Sigue diciendo el doctor Castro, en una página de Clarín del 7 de junio de 1999 -en uno de los tantos festejos del Día del Periodista- que el mayor obstáculo que debe superarse en esta profesión con apego a sus ideales ha estado expuesta desde siempre a las reacciones de los que se sienten afectados por la verdad que el periodista revela. Ese poder, qu,e es el real poder de la prensa, ocupa, preocupa, aflige, molesta y aterra, en general al poder de cualquier signo".

Otro dato qu,e siempre debe manejarse en. el ejercicio de la profesión es la ética. Actuar con ética hace a la credibilidad que es el capital más importante de un periodista.

Magdalena Ruiz Guiñazú, es otro emblema o referente del periodismo, por eso es importante rescatar sus opiniones cuando se trata de hablar de la profesión. Ella dice que cada vez se hace necesaria una formación más profunda y hace hincapié en la importancia de la lecturaa. Habrá que "leer todo, ficción, noticias, política, ciencia, aventura... lo importante es saber que todo eso queda en la computadora de la mente, de donde nadie jamás lo podrá robar".

Lauro Laiño en La Prensa sostiene con mucha sabiduría que "nunca hemos tenido tanta información como ahora, pero paradójicamente nunca menor comprensión de lo que sucede".

Por eso, afirma con criterio que ante tanta información dando vueltas la cuestión no passa por obtenerla sino qu,e se correcta y adecuada. Es decir, el problema está en cómo desechar lo que sobreabunda o es innecesario.

Al referirse a la función esencial delos medios sostiene como todos qu,e es la de informar. "Es decir, difundir las noticias que cada vez en menos tiempo dejarán de ser novedad. Pero, al mismo tiempo, deben ejercer contralor sobre los funcionarios, denunciar excesos, crear y orientar a la opinión pública. Los medios operan en la función formativa de la sociedad, transmitiendo valores culturales, caudal de conocimientos, pautas de conducta y los avances de la ciencia y la tecnología. Satisfacen, también, las necesidades sde distracción, evasión y diversión qu,e tienen los seres humanos".

Más adelante, Laiño habla de la prensa como campo de batalla  de todas las verdades parea definir a los periodistas como una tercera fuerza entre el gobierno y el ciudadano, entre las acciones de los polsíticos y la falta de actividad organizada por parte del pueblo.

Así pasa a hablar del gran soberanoa, que es el que en definitivaa apureba o rechaza la propuesta: el público. Se sabe que el tribunal de la opinión publica a veces condena y otras, absuelve.

Lo que sín duda debe preocupar es cuando ese público se muestra sin interés ante lo que se le propone. Para Laiño ese es el más temible de los veredictos. La gravitación de la prensa será significativa si es libre o independiente, pero también responsable.

El periodista debe darse cuenta de la responsabilidad de su profesión, porque un error informnativo puede provocar un terrible mal.

Los hechos ocurren sin solución de continuidad. Se hace muy difícil mantener los temas en el candelero mucho tiempo, porque uno es superado por otro.

De pronto, las páginas de los diarios se llenan con el caso tal o cual, y al día siguiente esa cuestión es borrada por otra. Como suele decirse,  no hay ma´s antiguo qu,e un diario de ayer, y a veces, el matutino puede ser "viejo" si un hecho ocurrido al mediodía conmueve a la opinión pública.

Uno de los puntos que debe tener claro el periodista es el relacionado con el poder. Se sabe que la prensa es poderosa, pero debe también entenderse que no es el poder. Esto que dice Laiño y que es una verdad irrefutable, debe ser el alerta para quienes en esta profesión pretenden ser el poder.

En todo caso el poder de turno podrá alterarse o sentirse afectado por una publicación, pero el autor de esa informacion no puede ni debe sentirse poderoso. Lo importante es tener la satisfacción de cumplir con el sagrado deber de informar con al verdad.

Cuando se repasan los efectos que puede generar una publicación, reconozco que alguna vez he influ,ido en decision es del poder. Sin ir más lej,os, alguna vez uina crítica realizad apor jóvenes deportistas qu,e fueron aMar del Plata dterminó que el intendentd eese partrido del Conu,rbano le plidiera la renuncia al director de Deportes.

Eso podría tomarse como un ejemplo del poder de la presnsa, cuando en realidad solo se trató de una nota con jóvenes que sentían que habían sido defraudados por quien debió ocuparse de que contaran con las condiciones necesarias en el alojamienteo que tenían en La Feliz.

A partir de ahí, creer o suponer que con una publicación se tiene poder, es totalmente equivocado. Hay que entender que el periodista tiene que ser el espejo de la comunidad y defender a raja tabla la verdad, por ser creíble y respetado.

No importa tanto ser conocido como respetado. Eso se logra a través del tiempo, demostrando cada día que se abrazó el periodismo por convicción y no por notoriedad.

Lamentablemente, eso no ocurre siempre, y hay muchos que utilizan la profesión por ser mediáticos o aprovecharse, lo que termina perjudicando a la profesión.

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